Esta semana nos convoca MAG, con un reto superdificil, en el cual sin la ayuda de internet y otras no habria sabido qué escribir,porque los acertijos no son lo mio, pero finalmente creo haber desentrañado el nudo. Aunque no lo voy a poner aquí para no destripar.

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―Bueno, pues aquí os dejo ―comentó el
presentador de “first dates”.
―Bueeno, pues aquí estamos ―El poder de observación era uno
de sus fuertes.
―Pues sí ―respondió ella―. Y tú ¿de dónde eres?
―Yo de Cuenca. No de la misma cuenca. De la cuenca opuesta.
Jaja. Es de coña, eh? ―Amelia no entendió muy bien la broma. Pensó que sería
una gracia local―. ¿Y tú?
―Yo de Guadalajara.
―Ah, pues de coña. Estamos supercerca ―Cuenca y Guadalajara
son de coña. La chica empezaba a atar cabos.
―¿Quieres decir?
―Y tanto. Por la carretera esa que han… ¿Tú conduces?
―¿A qué te refieres exactamente?
―A conducir… ―dijo poniendo las manos a las diez y diez y
haciendo giro y contragiro de un volante imaginario.
―Ah, ¿manejar? Aún no. Precisamente ahora me estoy sacando
la licencia.
―Ya veo, me van a tocar a mí los viajecitos si llegamos a
algo…
―Oye, vamos a hablar de cosas importantes, que te vas por
las ramas. ¿Te interesa la política o eres uno de esos que quiere aprovecharse
de los progresos sociales que otros luchan por obtener?
―No, mujer. Yo soy afiliado del…
―Te lo digo porque yo soy militante del P.R.I ―interrumpió ella
antes de que él mintiera. Y estoy muy compr…
―¿Qué es el PRI?
―¡Hombreee…! Partido Revolucionario Institucional. No me
digas que…
―Ja jaja ―Esta vez interrumpió él―. ¿Es coña, no?
―¿Porque? ―Pensó en Cuenca y Guadalajara pero no encontró
ninguna relación con el PRI.
―”Revolucionario Institucional”; como “inteligencia militar”
y eso… ―dijo poniendo el índice y el pulgar junto a su sien y haciendo otra vez
giro y contragiro― ¿Entiendes?
―Ah ya… pues no lo había pensado…
―Oye. ¿Tú crees que estoy gordo? Mi hermana dice que no me
como una rosca porque estoy gordo.
―¿A ti te parece que eso es algo serio?
―Mujer. No vamos a hablar siempre de cosas serias. Además,
claro que es serio. Si no hubiéramos venido al programa este y nos hubieran
sentado en la misma mesa, ¿tú te habrías fijado en mí?
―¡Vóitelas, qué frase tan larga! A ver, párate y ponte de
costado.
―¿Cómo que me pare?
―Que te pares… ―dijo ella poniendo la palma de la mano
mirando al techo y haciendo sube y baja. El chico obedeció.
―Sí. Estás gordo. Pero eso yo lo arreglo deprisa, eh? Se
suprimen las grasas, y para cenar un zumito y punto. Exprimido, no de esos de
bote, eh?. Alguna vez te puedes dar un capricho pero no para cenar, y pocas
veces.
―Ya.
―¿No eres de platicar mucho verdad? ―Él miró su plato,
luego a ella y luego otra vez al plato―. Bueno, me lo voy a comer todo, eh?
Esta rico, rico ―Luego, al ver la cara de extrañeza de ella, añadió―: Ah, ya.
Bueno, ellos lo platican ―dijo señalando con la cabeza a la cocina del restaurante―,
y yo me lo como. ―Entonces se dio cuenta de que la había cagado―. O sea, yo también
cocino, eh?; pero a la hora de platicar las cosas en el plato mi sentido del
orden y la armonía no son muy… ―Luego de un segundo de pausa añadió―: Pero eso
solo es a la hora de platicar; en todo lo demás soy muy ordenado, no te vayas a
pensar…
…
―Amelia, ¿tú tendrías una segunda cita con Gabriel?
―preguntó Cupido.
―Pues no. Yo no tendría una segunda cita con Gabriel,
porque la distancia es un factor demasiado importante y aquí la distancia es
mucha.
―Pero, mujer. Si por la autovía esa nueva que han hecho, en
tres cuartos de hora ya estamos ―comentó Gabriel decepcionado antes de que le
preguntaran a él.