Este jueves nos convoca Mag desde su blog LA TRASTIENDA DEL PECADO y nos lleva de la mano para construir un relato de terror en formato epistolar. Creo que me he saltado un poco la s normas porque cuando iba a publicarlo me he dado cuenta de que el texto tenia que venir introducido por un parrafo concreto. Por contra, esta vez he respetado la norma de las 350 palabras.
Podéis encontrar el resto de textos AQUI
Hola grandísimo hijodeputa sin nombre:
No sé si tienes nombre o no, pero sé quién eres. Tampoco sé si los fantasmas o los espíritus o lo que sea que seas, leéis cartas; si podéis abrir el sobre y desplegar el folio y eso. Espero que sí, y que si no, al menos entiendas el espíritu de lo que aquí pone, ya que me he tomado la molestia de desplazarme hasta la puerta del faro abandonado, para echártela por debajo de la puerta.
Soy el hermano de Travis. A mí no me conoces pera a él seguro que sí. Era el que estaba de farero cuando aquella catástrofe de hace cuarenta años. Aquella que provocaste apagando el faro aquella noche. Aquella que provocó tantas muertes. Aquella de la que mi hermano se sintió tan responsable. Todos dicen que el sentimiento de culpa le hizo tirarse por el hueco de la escalera de caracol que sube hasta el foco, pero yo sé que fuiste tú quien lo empujó. ¿Qué necesidad había? ¿Los fantasmas necesitáis coartadas?
A partir de ahí fue fácil convencer al mundo de que era el fantasma de Travis el que habitaba en el faro; el que atrajo a todos aquellos turistas primero, curiosos chafarderos después, y estudiosos de lo paranormal al final, muchos de los cuales acabaron igual que mi hermano. Pasados los años el pueblo se convenció de que aquella fama era más perjudicial que beneficiosa.
Finalmente, hace unos meses, el Ayuntamiento tomó la decisión correcta, y mañana es el gran día. Y te escribo esto para que sepas que seré yo el que maneje la excavadora.
Hasta nunca.