Esta semana nos convoca nuestra querida compañera Dorotea, desde su blog
LAZOS Y RAICES, para desarrollar el tema de cómo nos ven otros copañeros de planeta, de otras especies. Quizás este texto resulte algo críptico para los que no poseen un vehiculo; me disculpo por ello.
Podeis encontrar el resto de aportaciones a este singular tema AQUI.
No diviso nada que valga la pena. Voy a parar aquí a esperar. Noo… que esta rama es muy fina y se dobla mucho. Mejor aquí, además tengo más campo de visión. Estos cuellitiesos son cada día más guarros. Es curioso como mantienen el equilibrio sobre dos… Espera. Ahí se levantan dos que parece que han acabado poner. No sé porque digo siempre que han acabado de “poner” cuando se levantan de esas sillas; nunca he visto que hayan puesto ningún huevo. Se levantan y no hay nada. Y se van los cuellitiesos. Estos se han dejado maíz encima de la mesa, toda sucio para variar. Si el cuellitieso amarillo no viene corriendo, me voy a dar un festín.
Puaj. No sé porque le ponen tanta sal al maíz los cuellitiesos.
―¡¡¡Likäi nàlî, gäisî de niâo!!!
Ya llegó el energúmeno corriendo y gritando. No me he podido comer más que cuatro granos. Aun me sorprende más que los cuellitiesos corran a esa velocidad, sin hacer el juego de cuello adelante y atrás. Andar aun, tira que te va; pero correr, hay que reconocer que tiene su mérito. Me quedaré por aquí, por si acaso. Para uno que viene a limpiar, se lleva mi comida.
Seguiré esperando por aquí a ver si diviso algo. Lo que yo te diga, cada vez más guarros.
Eyyy, por ahí viene uno bien flamante y reluciente. Voy a seguirlo. Mira que si se mete en una de las casas, como hacen a veces.
Bueeeno, este se para ahí. ¡Genial! Debajo de un plátano superalto. Así, tras la caída, la explosión será mayor.
Ya se ha ido el cuellitieso. Preparen cañones, apunten…
―Ehhh… No me vayas a dar en una rama, eh? Que te estoy vigilando…
―Que no. Tranquilo. ―Pausa para coger aire― Mmmm…Ahhh… Fuego.
―Pero ¿qué haces, pedazo de inútil? Que desperdicio de cagada.
―¡Coño! Pero ¿tú de dónde sales? Y ¿por qué desperdicio? Le he dado en todo el medio del vidrio.
―Yo también lo venía siguiendo. Desde la salida del lavacoches, mas rato que tú. ¿No te han enseñado que no se dispara en el vidrio? Lo ven enseguida y lo quitan. No dura nada. Y además tiene esos palos automáticos, que ni siquiera necesitan coger el trapo y el líquido ese que echan. Tienes que cagarte en el mismo centro del techo. Ahí ni siquiera lo ven muchas veces. Puedes conseguir ser creador de un fósil. ¿Tienes más, o ya está?
―No. Ya está. ¿Y tú? ¿No venias persiguiéndolo desde el lavacoches?
―Ya… pero no tengo ganas. Es que lo he visto tan reluciente que he pensado, que este no se me podía escapar. Me voy a esperar aquí un rato, a ver si me vienen ganas.