PAREIDOLIA Y LOCURA
Elena tenía claro que no iba a pasar el confinamiento en Barcelona, así que cuando parecía evidente que nos iban a encerrar de nuevo, le dijo a su marido:
—Colón, ves a echar gasolina al coche que esta noche nos vamos a ir a Figueras. —Colón, que tenía muy desarrollado el sentido de la obediencia, procedió. Como ya imaginaréis, había sido sargento de la guardia civil, de otro modo simplemente habría ido.
Sus padres le habían puesto ese nombre porque el embarazoso viaje de novios, les había permitido descubrir Ámerica
De camino al pueblo, Elena no hacía otra cosa que mirar atrás.
—¿Que miras tanto para atras?
—Pues, ¿qué voy a mirar? ¿No te has enterado de que han dicho que no se podía salir de Barcelona? Hay un coche verde que lleva mucho rato detrás nuestro. Seguro que son tus excompañeros
—Jolín. Estas obsesionada con mis excompañeros. No nos van a mandar una patrulla por ir al pueblo. Además, el único coche que veo detrás nuestro es rojo.
—Rojo verdoso, querrás decir…
Durante la primera noche hubo una leve brisa, pero la tramontana despejó cada vez más violentamente los cielos de las noches siguientes, aunque no así las mentes.
Todas las noches Elena salía a la terraza. Una de ellas vio como la tramontana le traía dos personajes que venían agitando sus cabellos al viento. A medida que se iban acercando, parecían cada vez más grandes. Los visitantes se plantaron ante Elena sin decir palabra, pero sin dejar de agitar sus cabellos. Debían medir unos diez metros de altura. Tenían los ojos tan oscuros que apenas se les veían. Entonces ella decidió iniciar el dialogo:
—Buenas noches, agentes. Por fin nos han encontrado. ¿Les ha resultado difícil? —Una creciente agitación de sus cabellos fue toda su respuesta—. Supongo que no. Debisteis implantar un chip al tonto de mi marido. —La agitación de los cabellos quebró el aire en lo que Elena interpretó como una carcajada—. Si, si, reíros, pero veo que han mandado dos altos cargos para detenernos. Altos por partida doble. ¿De qué son todas esas condecoraciones y medallas en forma de piña? ¿De coronel?
—Joder, Elena. Me estás asustando. ¿Que coño haces hablando con los árboles?
Para https://sonandounodetussuenos.com/gym-para-escritores-semana-23/
;)
ResponderEliminarUn sentimiento de culpa muy desarrollado.
Saludos.
Es que nos están volviendo locos
EliminarSaludos
Gracias
Una alucinada encantadora.
ResponderEliminarUn abrazo
y sin haberse tomado nada mas que un trago de paranoia
Eliminarotro abrazo, abrazadora
De repente nos han encarcelado.
ResponderEliminarHasta que ellos decidan.
Y el que proteste sera lapidado por una turba de miedosos.
Ahora, aparte de lapidar, también podrán dilapidar los dineros que nos han dado (los jefes de los miedosos)
EliminarRedondo, magnífico. Me quedo un rato por aquí.
ResponderEliminarmuchas gracias. me alegro de que te haya gustado. no hay mucho que ver en este blog, de momento, pero ira creciendo. no se si poner cosas anteriores, porque son mas largas. no cuadra mucho aqui
Eliminarabrazos
¡Hola! Increible relato, los diálogos son una delicia. Me he reído un buen con algunos de ellos.
ResponderEliminarMe quedo por aquí ¡gracias por sumarte al reto! Ya te agrego con los otros participantes <3
¡Un abrazo!
me alegro que te haya gustado. sobre todo los dialogos, que es lo que mas me gusta escribir aunque sean un poco pesados de redactar
Eliminargracias y abrazos
¡Jajajaja muy bueno!
ResponderEliminarAbrazos
ResponderEliminarTotalmente normal en una sitiación asi pero si los árboles le contestan, y ella lo escucha, avísame y le recomendaré un colega :-)
estare atento, pero si escucho que le contestan, igual me ingreso. pero cuando salga, tranquila, que te aviso
Eliminargracias y abrazos