Siguiendo la convocatoria de Dorotea para los relatos jueveros
esta es mi propuesta:
Bella
paseaba presurosa por el bosque, de vuelta a casa. Estaba empezando a llover,
de ahí el apremio. Al pasar junto a un charco parcialmente cubierto de musgo
escucho:
―¡Hola, bella! --Bella era una chica de quince años cuyo nombre era intercambiable con su calificativo.
―¿Hola? Hoola... ¿Quién hay? ―preguntó mirando a ambos lados del camino, sin localizar a nadie capaz de hablar.
―¡Hola! Aquí en el charco. ¡Hola! ―Justo entonces empezó a llover―. Plop. Hola. Plop. Hola. Plop. Hola. ―En este momento fue cuando Bella localizó el origen de tanto saludo--. Plop. Hola. Plop. Hola.
―¡Por el amor de Dios! ―exclamó Bella al comprobar que eran las burbujas que creaban en el charco, las gotas de lluvia que empezaban a caer.
―¿Qué es "por"? --Y luego el plop hizo "plop", y murió. La leyenda no aclara quien bautizó a los plops con ese nombre. Tenían una vida capicúa, porque decían lo mismo al nacer que al morir. Entre ambos sonidos podían hablar un poco.
―¿Qué es "el"? --Y luego plop.
―¿Qué es "amor"?
―¿Qué es "de"? --Y luego plop.
―¿Qué es "Dios"? Por favor, por favor... ¿Qué es "Dios"? ―insistió presuroso, percibiendo que su vida se acababa. Justo cuando Bella iba a contestarle, aunque no sabía la respuesta, hizo plop.
―¿Qué es amor? Por favor, quiero saber que es amor. ―Bella se apresuró a contestar, no fuera a pasarle como con Dios. Realmente esta respuesta tampoco la sabía demasiado bien, aunque tenía cierta intuición.
―Amor es cuando...
―¿Cuándo? ¿El amor es un momento en el tiempo? No puede ser. Yo no tengo tiempo. Por favor, por favor… ¿Hay alguien más por ahí que lo sepa? ―insistió viendo que su vida se terminaba.
―¿Cómo que alguien más? ¿No te valgo yo o qué? ―Luego intentó contestar dándose cuenta de que el ataque de celos no venía a cuento en aquel momento―. No es cuando; es lo que sientes cuando...
―¿Otra vez cuando...? Por el amor de Dios! Sé decirlo, pero no sé qué es ―interrumpió de nuevo el plop―. Me estoy muriendo, y nadie puede decírmelo. Por favor... ―Y aquí, gritó desesperado―: No quiero morir sin conocer el amor.
―Es lo que sientes por alguien en el que estás pensando todos los segundos de tu vida.
―Y si solo me queda un segundo de vida, y tú eres la única persona del mundo que conozco, ¿habremos estado enamorados?
―Bueno, en realidad un segundo es muy poco tiempo.
―¡Ooh…! ¡Qué complicado es todo! Yo no
tengo más tiempo. Primero tiempo y luego amor. ¿El tiempo vale más que el amor?
―Y volvió a gritar―: Necesito más tiempo. ¿Puede alguien salvarme la vida?
Reny no veía nada. Nadaba buscando un poco de luz para fijarse en como nadaban sus hermanos mayores, pero no encontraba el mas mínimo rayo de luz que atravesara le espesura de la superficie pantanosa. De repente vio un poco de claridad y se dirigió allí. Cuando pensó que rompería la superficie y saldría al exterior se llevó un chasco. Estaba dentro de una burbuja gritona. Se metió en ella, y la ocupó entera, ya que solo tenía cabeza y cola.
Reny se acoplo perfectamente con su casco acuoso y se simbiotizó con él. Aunque el nadador era casi un día más viejo que el plop, era genéticamente idiota, así que, con buen tino, la naturaleza dotó al engendro con la curiosa mente del plop y el resbaladizo cuerpo de Reny.
Bella no percibió la metamorfosis, pero ciertamente se extrañó de que aquella burbuja durase tanto. Cuando se le acabaron los argumentos definitorios del amor ―que no vamos a repetir aquí ahora porque todos los conocemos sobradamente― Bella se despidió, prometiendo que volvería al día siguiente. Antes de darse la vuelta para volver a casa, lanzó con la mano y un suave soplido, un beso a Renyplop.
Entonces la burbuja reventó porque no podía contener al niño que empezó a crecer dentro. El beso de Bella deshizo el embrujo. La chica llegó un par de años antes de tiempo. De este modo habría telebesado a Sapi en vez de a Reny. Y habría despertado al Príncipe Azul casadero, en vez de a un niño de diez años, que no llegaba más que a Infante Azul.
Bella entró en el charco y besó apasionadamente al Infante Azul. No pudo, ni quiso, resistir la fuerza del embrujo que le impulsó a ello. No iba a dejar escapar su miniPríncipe Azul...
―Ahora, ¿somos novios? ―preguntó el Infante Azul.
―Claro. ―Y se quedó pensativa.
―Ahora, ¿tengo que estar pensando en ti todos los segundos de mi vida?
―No todos, pero... ―se despistó mientras argumentaba, no tan lucidamente como antes; parecía como preocupada por algo.
―Pero... ¿qué? ¿Te pasa algo? ¿Ya no quieres ser mi novia?
―Que sííí. Solo que ahora le tengo que explicar a mis padres que me he enrollado a un niño de diez años.
―Pues no digas nada.
―No, que mi amiga Alís dice que hay que explicarlo todo, aunque las relaciones sean problemáticas. Quizás esta no entraría en su...
―Y, ¿quién es Alís?
―Una bloguera.
―Y ¿qué es una bloguera?
―Eso es muy difícil de expl… ―Y explotó―: ¡Jo! ¡Que niño más preguntón! Prefería al plop.
FIN
En primer lugar, gracias por incluirme en tu cuento. Es un detalle que aprecio. Me gusta ser amiga de Bella.
ResponderEliminar¿Yo digo que hay que explicarlo todo? jejeje, tal vez sí lo piense. No sé si todo, pero sí lo necesario para que las relaciones sean menos problemáticas, aunque con los niños preguntones también pierdo la paciencia.
;)
Me gustan los plops. Incluso Renyplop.
Besos
Me alegro que te haya gustado.
ResponderEliminarTe he contestado también por el correo. No se porque tus comentarios me salen por el correo, y lo he visto allí primero
Le has dado un cariz bien filosófico a eso de interrogar con urgencia por temas trascendentes teniendo muy poco tiempo. Duro destino el de estos plops! Muy original el cuento. Un abrazo
ResponderEliminarExplicar el amor en un segundo, tiene mérito. Ya puestos, mejor aprender lo que es el amor, que una baldosa, por ejemplo.
ResponderEliminarGracias y MA alegro de que te haya gustado
Saludos y abrazos
En esa limitada vida, me ha encantado cómo no hay tiempo ni para conocer cada fragmente de pregunta, me ha resultado hilarante. No me he caído de la silla, pero me tronchaba de risa. Luego has hecho un salto mortal sin red y has creado ese ente, rana, imagino, o mejor ranacuajo, dentro de una burbuja. Más tiempo, ya lo creo. bella acaba queriendo amar, y mira por dónde un engrendrito puede ser el objeto del amor, que no pudo definir, creo :-)
ResponderEliminarLa explosión final es muy buena. A ver...de verdad el infante azul ¿no es un peñazo?. Mejor fijarse en una rana, directamente, por si acaba siendo un príncipe azul porque a la inversa sucede demasiadas veces :-). Un abrazo y brindo por tu imaginación, sin límites, como debe ser.
Uff... Bella ha tenido mala suerte y su beso ha despertado al príncipe u os años antes de tiempo. Va a tener que apechugar con en infante hasta que le sirva para algo. Mira que si después de crecer, tampoco le sirve...
ResponderEliminarMuchas muchas gracias por el entusiasmo
Besos amiga
Esta genial, el relato es de una ternura tremenda, esas gotas o esos plop que me ha costado lo mío averiguarlo con su ingenio dicen cosas bellas. el amor para ellas es corto un segundo o tal vez un minuto pero basta eso para llenar tu corazón de sensaciones lindas.
ResponderEliminarUn abrazo y muy buen jueves.
Gracias, me alegro de que te haya gustado. Aquí las cosas son precipitadas, pero el tiempo hay que aprovecharlo, y si es para dien, buscar más como sea.
EliminarAhora sí que tiene sentido la palabra plop, cataplop...
ResponderEliminarTus plops son preciosos, lástima que sean tan efímeros pero ¡fíjate tú con el infante azul este! Con lo petardo que es y no hace plop :-)
Es bonita esta historia y mira, además, un guiño hacia tu amiga.
Muchos besos.
Gracias. Espero que disfrutéis leyendo, tanto como yo escribiendo.
ResponderEliminarEl guiño es una referencia a un comentario mio y la contestación, de un post de Alís de la semana pasada.
Besos y abrazos
Disfruté mucho leyendo tu ingenioso y filosófico y humorístico relato. Eso de tener vidas capucuas es genial. Igualmente genial me parece tu juego intertextual con cuentos infantiles como el del príncipe y la rana. Te felicito.
ResponderEliminarAbrazos y feliz fin de semana, Gabriel
Muchas gracias Myriam. me confieso culpable de todas esas cosas, aunque algunas las hice sin querer. me estoy ruborizando, aunque si es para que disfruteis, vale la pena
ResponderEliminarbesos y abrazos
Un beso mágico, capaz de despertar al jovencito
ResponderEliminarExplicarlo todo ... Hay personas que preguntan tanto que siento que mi mente se escode, muy bueno, Gabiliante
Abrazo
muchas gracias nujer de negro
Eliminarera un infante con mente de plop, no puede evitar preguntar
me alegro de que te haya gustado
un placer satisfacer
saludos y abrazos
Ingenioso relato apoyado en dos de nuestros pilares de la vida: el amor y el tiempo. Con un final que me ha hecho sonreír.
ResponderEliminarUn saludo
Por la última palabra del nombre de tu blog, ya veo que te ha llamado la atencion lo de "que vale más, el amor o el tiempo?"
ResponderEliminarMe temo que gana el tiempo, que todo lo cura y todo lo destruye.
Un placer que te haya gustado.
Saludos
Por fin un peíncipe azul humanizado por sus consecuentes plop y otros chasquidos.
ResponderEliminarSaludos desde Colombia, me alegra tener un nuevo sitio para dejar mis impresiones e imprecisiones.
Gracias por la visita.
EliminarTu impresiona e imprecisiona, pero sobre todo diviértete.
Gracias de nuevo
Rayos, maldito Disney y sus precondicionamientos. Se me quedó fijo imaginármela como la Bella de Disney, jeje.
ResponderEliminarEs la version precoz. En vez de la durmiente, la despertante. Disney es como los recuerdos de la infancia, imborrables.
EliminarSaludos y gracias
¿De verdad se puede explicar?
ResponderEliminarconfiemos en Bella. Argumenta bastante bien . se ha sacado una definocion de amor en 1 segundo que no esta mal
ResponderEliminarsaludos
¡Vaya plop tan original! Y sí que va a ser difícil mantener una relación con un niño de 10 años... hum...
ResponderEliminarMe quedo con la pregunta: ¿El tiempo vale más que el amor? Creo que la mejor respuesta es tener ambos ;)
Saludos jueveros, Gabiliante
Tendrá que esperar y gastar más tiempo para averiguarlo. Ese tiempo tan precioso a los quince años. Hasta la aparición del tema de la edad, el relato es una pura fábula, pero luego no vemos obligados a medir los hechos con los parámetros de la vida real.
ResponderEliminarEl tiempo es lo más importante, pero no podemos actuar sobre él (plop tuvo mucha suerte). Solo podemos actuar sobre el amor, y habitualmente de forma torpe.
Gracias y saludos
Con esos interrogantes, el amor y el tiempo, estos Plop necesitaran varias lluvias, y muchas vidas para poder entender hasta quizás enamorarse.
ResponderEliminarQue ingenioso!
Un abrazo
si, por eso, al menos a este, lo meti dentro del infante, para que con mas tiempo, pueda enamorarse, si no de Bella (en caso de que el embrujo no sea lo bastante duradero), de otra , mas adelante en el tiempo. Lastima que a mi no se me halla ocurrido lo del gran charco de demiurgo, donde guardar los recuerdos para todos los plop.
ResponderEliminarmuchas gracias
saludos y abrazos
Qué cosa tan requetebonita de relato...
ResponderEliminarMe entusiasmó ese ímpetu de saber de la pompa debido a su inmediatez, y que la chica encontrara a su príncipe ¡aún verde!
Qué difícil es encontrar cuentos que despierten sonrisas. De verdad, es un Don maravilloso y raro.
Un saludo cordial (y gracias por la dedicada lectura que me has dejado)