Este jueves nos convoca Monica en su blog NEOGEMNIS, y nos da a elegir entre una serie de titulos para armar un relato. Tema y género a elegir dentro del titulo.
podeis leer el resto de participaciones AQUI
Jaimito y Juanito habían ido de visita a casa de la abuela. Jaimito era el mayor de los dos hermanos; ya tenía móvil. Como el grande prefería jugar con las nuevas tecnologías a jugar con el pequeño, Juanito aprovechó un despiste de Jaimito para cogerle el engendro de la discordia, y escondérselo.
El enfado fue monumental y la abuela estaba muy lejos y muy atareada, como para poner paz.
Juanito entendió que las dos collejas que le dio su hermano, eran un castigo excesivo para tan mínima travesura. Hace no mucho tiempo, su hermano le habría escondido alguna otra cosa y hubieran jugado a "caliente y frio". Pero por lo visto, el móvil no entraba entre los “elementos de jugar”. Puestas así las cosas, Juanito decidió no decirle dónde había escondido el móvil, y se fue a jugar a la calle, aunque fuera solo.
Jaimito no pudo retenerlo y tampoco puso demasiado empeño, ya que había trazado un metódico plan para recuperar su objeto de deseo. Cogió el teléfono fijo de la abuela y marcó su propio número. El engendro empezó a sonar y temblar dentro de un jarrón viejo, que, con buen criterio, había sido emplazado en el suelo del salón; para evitar caídas.
Jaimito se alegró enormemente del éxito de su estrategia. La alegría empezó a tornarse en preocupación cuando comprobó que el codo de su hermano era notablemente más estrecho que el suyo. Con ímprobo esfuerzo, consiguió hacer pasar el codo por la boca del jarrón. La satisfacción volvió a colmarlo cuando pudo agarrar el engendro, pero luego fue la preocupación la que volvió a inundarle, al comprobar que ese dicho que reza, que todo lo que entra, sale, no es del todo cierto.
―¡Abuelaaa! ―clamó sin llegar a gritar―. El botijo este, se ha roto. ―La abuela comenzó a repasar mentalmente su ajuar, intentando recordar si tenía algún botijo, y en su negativa, averiguar a qué podía referirse su nieto. Luego empezó a correr hacia el salón, a una velocidad impropia de su edad.
―Pero ¿qué has hecho? ―gritó. Jaimito se asustó. Nunca había visto a su abuela tan alterada.
―Ha sido culpa de Juanito, que me ha metido el móvil dentro.
―Pues le das la vuelta y lo mueves hasta que caiga.
―Sí, hombre. Y se cae al suelo y se rompe. Que es un iphone… ¿Tú sabes cuánto vale un iphone?
―Y ¿tú sabes cuánto vale… el botijo este?
Jajaja... Gabiliante "El botijo", no vale nada ya está destrozado. Con niños, y no tan niños, de por medio, cualquier cerámica corre peligro.
ResponderEliminarDivertido micro. Un saludo.
jaja. pues pensé en ponerlo en pasado, lo de vale, pero lo deje en presente por afinidad con la frase del chaval.
EliminarSaludoss Angel
¿ No podían volver hacia abajo el botijo sobre la alfombra y que el movil cayera en blando? Se me ocurrió que peor hubiera sido que el botijo fuera un anfora donde estuvieran las cenizas del abuelo y que el chiquitín hubiera hundido ahí el movil. En una de esas, sonaba el celular de la abuela y era el abuelo que la llamaba de desde adentro.
ResponderEliminarSi podian, pero la urgencia es ña urgencia. Ya hice la semana pasada un relato con cenizas humanas, y no quiero encasillarme en un tema😜.
EliminarEso del abuelo de ultratumbs es un tema que cuadraria muy bien es unobde tus relatos.
Besosss llilian
ajajjaaj, dios Jaimito y sus cosas, pero el muchacho no sabia distinguir un botijo de un ánfora. Mucha tecnología pero poca cultura botijera. Gracias por sacarnos unas sonrisas, aunque la abuela no estaría nada de acuerdo Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarIgusl si que sabia, pero seguia teniendo sus prioridades, y se hizo el tonto.
EliminarBesoss Campi
Un botijo de la era de MIng El Cruel.
ResponderEliminarSalud
Si. Jaja. Y la maldicion del apodo se transmite de propietario en propietario.
EliminarAbrazo Erik
jajaja Qué se va a imaginar el chico lo que vale una antigüedad, jeje...para él lo más valioso es el móvil, que intentará recuperar como sea!
ResponderEliminarUn muy divertido episodio que te agradezco por compartir en nuestro encuentro juevero. Un abrazo, Gabi.
Si, claro , y él opera con toda su logica funcional. No vas a compara para wué sirve una logica y psra qué otra
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTímidaaaa...
EliminarBesosss
jajaja me encanta... esa abuela se merece un monumento.
ResponderEliminarAdorable tu relato.
Bss
Monumentto a la paciencia, wue esta debe ser uno de tantos episodios
EliminarBesosss
Viva la abuela y arriba los botijos, el que no sepa beber en uno se queda sin móvil. Abrazos
ResponderEliminarPues eso en forma de juego, igual los estimularia, primero descubrir por cual de los dos agujeros se bebe y luego practicar. Recuerdo cuando de niño iba sl pueblo, era uno de los mayores retos.Recuerdo que , en uno de los botijos, que tenia el caño muy grande para mis tragaderas, mi padre metio un taco del 6, que encajaba perfectamente, para afinar el chorro.
EliminarBesosss ester
Divertido, como siempre, con mala baba, como siempre, genial, amigo, como siempre :-)
ResponderEliminarUn abrazote, pollo pera :-)
Gracias amiga. Ya sabes que es culpa de los personsjes,
EliminarAbrazooo
Jajaja eso sí que ha sido una travesura, ha fastidiado a varias generaciones a la vez.
ResponderEliminarUn besito.
Si, entre ellas a la suya propia, que hubiera heredado el anfora.
EliminarBesosss Noe
Esperemos que no fuese chino, la mente de los niños funciona de manera diferente y sus prioridades son antes que las de cualquiera.
ResponderEliminarUn placer leerte
Saludo
Bueno, nuestras priorifades tambuen don antes que las de cualquiera, solo que la "civilizacion", nos hsce perfeccionsr las excusas.
EliminarAbrazo Charly
Vamos a ser justos... el tema del arte es muy subjetivo.
ResponderEliminarEl precio del iphone, no...
Saludos.
Jajaaja. Y bien visto, un botijo esmaltado ya no enfria el agua.
EliminarAbrazo toro
El tal Jaimito, lo tenía muy claro... La vida moderna "sin botijos" se supera, pero sin "iPhone" no eres nadie, eres simplemente un pringao...jajaja💛
ResponderEliminarUn texto muy divertido.
Besos y abrazos.
Ja, ja, ja… Magnífica simbiosis de valores. Lo tecnológico atrapado en una reliquia; y, lo que es peor, ambas cosas en manos de la inocencia…
ResponderEliminarComo siempre, un placer leerte, Gabi. Muy divertido y ameno; sobre todo la carrera de su abuela por salvaguardar el “botijo” 😁
Muy buena participación.
Abrazo grande, y muy feliz tarde 💙
La vida por un iPhone. La niñez al poder... Prohibido no entender.
ResponderEliminarAbrazo original Gabiliante!!
jajaja, lo del botijo genial, menos mal la abuela no tiene por casa ninguna urna con los restos de algún pariente porque con esos nietos ... no, tus niños siempre tan divertidos, e imaginar a la abuela corriendo genial, me encantan.
ResponderEliminarBesos
Siglos que sin verte por los jueves, espero que sea por trabajo y todo vaya bien.
EliminarUn abrazo.
¡Hola, Gabiliante! Buenísimo relato donde todo encaja a la perfección. Por un lado el niño, ya aborrescente, obnubilado con el engendro, por el otro la abuela. Dos generaciones con dos puntos de vista respecto al valor de las cosas. Brillante y divertido. Un abrazo!
ResponderEliminarjajajaja... perdón, estoy como la abuela, solo que no soy tan civilizado! Cómo rompe el botijo y no lo mandan al seminario para que aprenda valores! bueno... no respondas, ya sé, se me escapó ese mal ejemplo.
ResponderEliminarA lo que vinimos, genial tu relato y muy fotográfico.
Bendiciones sin móviles y con botijos a montones.
y es que hay botijos y botijos, que ideas de chiquillos, recuerdo que en una serie de animales salvajes, utilizaban esta técnica para apresar monos, metian un alimento de su gusto, el mono lo veía y lo atrapaba, pero con la mano cerrada y el alimento no podia sacar la mano de la oquedad quedando asi atrapado. Un abrazo
ResponderEliminarVaya dos... Y es que ni al mayor ni al pequeño no se les puede dejar solos. Claro que sí no podía sacar el brazo...muy bueno, besos.
ResponderEliminarJajajaja me ha hecho mucha gracia lo llama botijo jajaja. Me has hecho recordar a los botijos de antes. Y también a mi abuela.
ResponderEliminarQué divertido tu relato.
Besosss.
Cada uno tiene su propia definición de "valioso" y ambos llevan razón.
ResponderEliminarAlguna vez dije a mi hija, "Esto no se toca" y fue lo primero que rompió :/ aprendí a la mala que cuando son pequeños, nada que te importe debes dejar a la vista, ni oculto, que todo encuentran :)
Beso
Abrazo
¡Me encanta! Ay, los hermanos... Creo que al final sacrificarán el botijo en aras de conseguir el engendro tecnológico. y luego quizás Jaimito sacrifique a su hermano *.*
ResponderEliminarComo siempre, super original. Saca más de una carcajada.
Un besazo, Gabi
Con la iglesia hemos topado amigo Sancho.
ResponderEliminarCasi na. El móvil y la adolescencia...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarjajajajajaja ¿puede compararse un botijo de pura porcelana China azul y blanco de la Dinastía Ming con un teléfono móvil tipo engendro? ¡Noooo, Señores! Imagino la furia de la abuela, pero como es ABU y ama a sus nietitos por más pícaros que sean los perdonará. ¿No es cierto?
ResponderEliminarBesos, Gabi
Ay, qué estupendo!
ResponderEliminarCada uno a su interés. El pequeño sus juegos, el mayor, su móvil, la abuela, sus tareas y ¡su ánfora...!! Un choque de intereses... muy divertido.
Me ha encantado
Un abrazote :)
Me he puesto a reír de tu ocurrencia como un tonto. Se agradece; además al poner los nombres de Jaimito y Juanito me recordabas los chistes de toda la vida.
ResponderEliminarAlguna vez leí algo parecido.. era tan sólo un niño.. quedaba un refrán detrás de todo. Ahí quedó el mono sin soltar la manzana...Fue una fábula de esas. pobre jaimito.
ResponderEliminarMe haces sonreir en un dia sin vida o con vida un aplauso para Usted
ResponderEliminarJajaja vaya destrozo... Aunque me alivió el final, no te creas. Me temí alguna tragedia similar a la ocurrida recientemente cuando leí que con el móvil no cabían bromas.
ResponderEliminarMuy buen relato!
en alguna página perdida y olvida encontré que la verdad nunca es perfecta y nunca cuadra con todas las expectativas de las personas. La verdad siempre plantea dudas y preguntas. Solo la mentira es creíble. ¿Será cuestión de militancia o de qué lado estamos?.
ResponderEliminarSaludos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLas travesuras de niños, no tienen límites, me ha divertido mucho tu relato, realmente muy bueno, felicitaciones, aprovecho ya que pasé por acá a dejarte una invitación a nuestro blog con una nueva propuesta, saludos Patricia F.
ResponderEliminarLos invitamos a pasar por nuestro blog para que empiecen a jugar junto a nosotras https://somosartesanosdelapalabra.blogspot.com/2022/02/desayunos-artesanos-dia-1.html
Que tengas un maravilloso doa lleno de paz
ResponderEliminarHabía muchas formas de salvar el móvil y el iphone, sí, pero cuando dos niños tienen prisa y mono por seguir con su dosis de entretenimiento, no hay tiempo para pensar :)
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarVillano servido, villano desaparecido.
ResponderEliminarAsí no más.
Saludos.