Felicitando por anticipado a Mónica por tener la paciencia de aguantarnos, y el coraje necesario para batir el record de convocatorias seguidas de jueveros (dato no contrastado, pero probable), me sumo con este texto, que ha resultado que traiciona ampliamente el espiritu agroferroviario de la propuesta, pero el tren se desbocó.
Encontraréis el resto de propuestas por AQUI
La vieja estación se alzaba en medio de la llanura. Las vías paralelas nos señalaban un preciso punto de referencia más allá del ocre de las espigas, y cuanto más se empinaban las vías más alto se situaba el punto. Cada vez a menos velocidad debido a la pendiente, nos íbamos acercando a la estación que contrariamente a lo previsto, no aumentaba de tamaño, sino que conservaba el mismo que cuando estábamos lejos de ella. De este modo, al llegar a su altura, vimos que era una construcción megapequeña, infinitamente mínima. Solo cabía una persona, de modo que para entrar otra, su predecesora debía saltar al tren, ya que no había andén. Subieron cinco personas que se colocaron delante de nosotros.
Una vez acondicionados, el tren reanudó la marcha, pero la pendiente cambió hacia abajo, como si la estación hubiera estado en la cima de una campana de Gauss. El campo de trigo desapareció del horizonte y nos hundimos en lo que alguien dijo que era un túnel, pero que a mí me pareció más bien un agujero. Una vez adentrados en la oscuridad, el paisaje cambió a noche estrellada. Los astros iban quedando atrás, incluso adelantamos a la luna, cuando, de golpe y porrazo, una escoba salió de la nada y desnucó al que se había colocado justo delante de mí. Al otro extremo de la escoba había una bruja del tamaño de Sansón, que no paraba de reír, como si la cosa tuviera gracia. El siguiente “viaje” le cayó al que iba primero en el tren ―mi abuela siempre me decía que no me pusiera ni el primero ni el último; siempre en un punto intermedio; ¡Cuánta razón tenía!―, con resultado de fractura múltiple de cráneo, con pérdida de masa encefálica. La bruja se reía más fuerte que antes. ¿Saben esa risa contagiosa? Pues esta no era de esas.
Entonces el tren cogió una curva pronunciada que casi nos echa del vagón; buena parte de la masa encefálica la ignoró, y siguió en línea recta. Un poco antes pasar bajo un puente, apareció sobre él Harry Potter disfrazado de médico, blandiendo su barita de sauco, y nos escupió: “Renucatis”, e inmediatamente después, justo pasando por debajo él: “Craneus Repara”. Los dos lesionados se recuperaron por arte de magia.
Una vez nos apeamos, nosotros nos alejamos no sin cierta premura, mientras Torticolis y Cabezahueca exclamaban al unísono:
―¡¡Wallaaa!! ¡Qué guay! Yo me quiero subir otra vez.
¡ Vaya! Menos mal que a Harry Potter le había servido de algo ir a la Escuela de Magia. Felicitaciones a Dombledor. Ja Me estoy mandando un carril porque solo he leído el primer tomo de la saga. Muy gracioso este relato ferrocarrilero.
ResponderEliminarPero mientras iba a la escuela, veia la serie de "House", si no de donde iba a sacar sus dotes curativas. Gracias par pasarte Lilian. Besosss
EliminarMe encantaban esos trenes. Y tu abuela tenia toda la razón del mundo.
ResponderEliminarbueno seria los parecidos a este. Este era un poco bestia aunque fuera con final feliz
Eliminarayyyy Las abuelas...
abrazo y ojo avizor
¿Qué le vamos a hacer?, nos salieron masoquistas, Torticolis y Cabezahueca.
ResponderEliminarBien por hacer caso a la abuela, ellas siempre tienen la razón, aún cuando no la tienen :)
Beso
aun siendo masoquistas se han perdido la mitad del viaje. es curioso tanto entusiasmo
Eliminarabrazoo
Magistral. Ese despelote de bruja y golpe con masa encefálica en danza es brutal, pero el final es el remate perfecto para los optimistas :-). El tren de la bruja llevado al límite
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
Es que , como en el titulo puse magia, tenia que salir algo de magia, y aprovechando que el dia anterior habia visto Harry Potter, pues la solucion estaba clara
Eliminarabrazooo fuerte AMIGA
Que sabias son las abuelas! Tortícolis y Cabezahueca... no tanto....!!! Ja ja! Y que oportuno Harry Potter! La visión de la masa encefálica volando es muy descriptiva! Me encanta el "Surrealismo Gabiliante"! Soy muy fan, ya lo sabes!
ResponderEliminarNo ha quedado claro si harry potter repone con su magia, la masa encefalica perdida. porque si no es asi, Cabezahueca en un par de viajes mas , se va a quedar sin nada. Pero ueno, como el cuento se acaba donde se acaba... no importa mucho
Eliminarbesazooo amiga
Efectivamente, Gabiliante, haces magia con tus relatos, una muy divertida y personal...
ResponderEliminarAbrazo hasta allá.
Jajjja , bien visto lo de la magia del texto, eunque no fue mi intencion . si ha sido asi, ha sido sin querer
ResponderEliminarabrazooo caluroso (por repartir, que por ahi estais frescos y aqui calor sobra)
No me queda claro si el bueno de Potter es personal del parque de atracciones... tantos estudios y tanto sufrir para acabar de animador turístico, ya ves.
ResponderEliminarClaaro... es personal del parque. Esta hsciendo lsbor sacial tras acsbsr los estudios. El ministerio de sanidad lo ha denunciado por intrusismo, y hscienda se esta comiendo los mocos, porque al ser voluntario no puede meter baza. El turismo sanitario hace cola en la estacikn unipersonal para ver si Harry cura el covid. Vaya... se me ha vuelto a desbocar el tren
EliminarAbrazooo
Abrazo
Un tren de la bruja de alto copete con Harry Potter en nómina!
ResponderEliminarQue no falte la magia que hay mucha masa encefálica por ahí suelta jeje
Genial tu relato 👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼
Y mucha masa encefalica wue aun estando dentro hsce el mismo efecto que estando dentro.
EliminarGracias, Gali.
Besosss
Qué locura este delirante relato! un viajecito en tren que nunca quisiera tener que hacer! jaja. Un abrazo y mjuchas gracias por sumarte, Gabi
ResponderEliminarTampoco ha sido tan malo... solo se ha perdido un poco de masa encefalica. Si es ña parte de la memoria, en que hubiera recordado que antes era mas listo, mucho mejor.
EliminarAbrazooo Monica
Hola Gabiliante , un relato brillante , me a gustado mucho.
ResponderEliminarPorque en el relato has metido a Harry Potter , desde luego esos trenes tienen
lo suyo , y que suertuda era la abuela de protagonista , besos de flor.
Harry potter es la estrella rutilante. Los demas participantes son un poco basicos, excepto la abuela claro, que es la sabiduria personificada, aunque no salga en persona.
EliminarBesoss Flor
Estaba embalado con la historia, y tras la aparición de harry potter , perdí la magia... me perdi en el paisaje de espigas.
ResponderEliminarQue sería de nosotros sin harry potter? Estos dos hu ieran palmado. Y el parque de atracciones ferroviario hubiera muerto por acumulacion de denuncias de asesinato. Necesitamos u referente, un lider que nos haaga distinguir el bien del mal. Alguien que nos salve en los momentos insalvsnles. ES COÑA, EH?
ResponderEliminarABRAZOOO gustab
¡No sabía por dónde ibas ha tirar con el relato! Un tren, una montaña gaussiana, Harry Potter... Una locura total, Gabi. Me he reído mucho.
ResponderEliminarUn besazo juevero :3
La curva es la clave. Van de maaaal a bieeenn. Harry potter nos salva la vida. Me alegro de haberte hecho pasar un buen rato
EliminarBesoss
Con lo que me gusta viajar en tren, me parece que si este existiera perdería el gusto por estos viajes, aún a sabiendas que me perdería la magia de lo absurdo.
ResponderEliminarBueno, tu ponte en un punto intermedio, ni la primera ni la ultima y veras como no te pasa nada. No te vayas aobsesionar ahora con los trenes, eh?
EliminarBesoss tracy
Ja,ja, ja, :-)) De la buena, de la buena...
ResponderEliminarMuy divertido! Y como sello de la casa, la lógica de la fuerza centrífuga actuando, ja, ja.
¡Ay, tus detalles! Como en el primer cuento... me sorprende y admira esa precisión realista que detalla los pensamientos urbanitas del personaje acerca del trigo, el detalle de sus lumbares, que no es igual si el niño ya está de pie, el cartel de peligro y multa como contradictorio (es así), el clamor de decepción de la gente… Todos son detalles magníficos que hacen siempre tan vívidos tus relatos.
Eso de la lengua muerta… ¡el niño es todo un poseído por el diablo…! Ahora ya sé quién es el causante de todo este desaguisado planetario, ja, ja. Tu ironía no falta.
Me ha encantado todo el menú: te han inspirado esas vías de tren...
Un fuerte abrazo, cuentista :))
Por culpa de la fuerza centrifuga, Cabezahueca no recupera toda la memoria, pero es que las fuerzas de ña naturaleza son implacable.
ResponderEliminarTodo podria estar perfectamente basado en hechos reales.
He intentado describir por referencias el tren tipico de larga distancia de entonces.
El niño que lanza conjuros en una lengua muerta, con una cicatriz en la frente, un palito, y gafas de empollon, no es el demonio, es como no podria ser de otra forma: "Harry Potter
Besosss mayte
Ay las abuelas, hay que hacerles caso, disfruto mucho con tus relatos, felicidades.
ResponderEliminarBesos a todo tren.