Esta semana nos convoca Mónica desde su Blog NEOGÉMINIS con el tema Gaterio (palabro de Perotti). Hay una estadística que dice que entre los escritores hay setenta por ciento que es más de gatos y un treinta por ciento de perros. Es una estadística reciente, de este mismo momento en que se me ocurre, y seguro que hay otra que dice lo contrario. Y los que se lo callan...
Como yo ni tengo ni he tenido gato, me lo he inventado todo, menos algunos personajes.
AQUI podéis encontrar el resto de aportes
¡Que dura es la vida del gato abandonado! Y más dura aun si se ha de fingir que uno es un gato cualquiera, y no uno que puede leer el pensamiento. Vaya, igual me he pasado un poco, pero sí capaz de evaluar a los bípedos por su aspecto.
Este que viene ahora es de los que piensa en dar gato por liebre. Poco de fiar. Mejor me escondo detrás… No, no hace falta. Se arrima a las jaulas de enfrente. Es más de perros que de gatos. Suerte para el perro que escoja; le hará falta.
Aquí me siento como las putas esas del barrio rojo, esperando que alguien las escoja. Bueno, con jaulas en vez de cabinas; nosotros esperando alguien a quien podamos hacer compañía; vaya en realidad también como ellas.
Esta bípeda que viene ahora sí que busca gato. Vaya, esta es desconfiada, de las que piensa que en todo tiene que haber gato encerrado; como yo. Esta no me dejará salir; mejor me escondo, así, detrás de un travesaño horizontal de la jaula. Aquí detrás no puede verme. Uff… Ya ha pasado.
Este que viene ahora…vaya, este no piensa nada. Tiene dificultades para pensar. Mejor no salgo del escondite.
―Oiga joven. ¿Es usted de aquí ¿no?? Pues el gato de la jaula 7,66 se les ha escapado. Ahí no hay ningún gato, aunque se escucha reír a alguien.
Vaya, pues sí que pensaba. Era un matemático. En realidad ya estoy harto de matemáticos, así que mejor haberlo evitado.
A ver esta que viene ahora, vaya… esta es de las que piensa que quien con gatos se acuesta arañado se levanta. No me dejará subirme a la cama. No me descubro.
No sé para que me pongo aquí para que me escoja un bípedo, solo he conocido a una que valga la pena
Este, vaya… Este es clarísimamente de los que piensa gato maullador poco arañador. Nos hace de menos. Y anda que si espera que yo cace ratones. Seguro que no le gusto, pero tampoco me voy a mostrar.
Otro día más sin… ¡¡VAYAAA!! ¡Qué sorpresón! Ahora sí que aparezco, y hasta grito, aunque me descubra:
―¡Alicia!
―¡Cheshire!
Si pudieran hablar los animales, no solo los gatos tendríamos conversaciones de un nivel superior a muchos humanos jajajá.
ResponderEliminarEste gato sabía bien lo que quería, en realidad libertad y amor. Creo que como la mayoría de los seres vivos.
Un besote, Gabi, buena semana.
Un gran micro. Me ha encantado...
ResponderEliminarHas sabido usar muy bien al gato de Alicia... Destaco esa visión del gato desde la jaula como cosificación para uso del humano. El desfile de personaje y el juego de palabras con las frases enriqueciendo el texto y haciendo sonreír...
Genial... A Carlos le va a encantar...
Un abrazo, Gabi, y gracias por esta sonrisa que te aseguro que si ahora me borraran se quedaba en el aire un buen rato... (-:
Y el matemático como Lewis Carrol! Está plagado de detalles...
EliminarAl resultar el de Alicia tenia fácil desaparecer y aparecer y como gran conversador nos ha animado la historia definiendo a los personajes, has recreado un cuento con imaginación. Un abrazo
ResponderEliminarVaya un gato, caprichoso y sibarita! Ya lo dicen que los gatos escogen a sus amos y no al revés! Esta historia es el ejemplo de ello! Me encanta como reescribe las frases hechas y los refranes a su medida, "gatuneándolos" todos! Ja, ja! Seguro que Chesir ha acertado escogiendo a Alicia! Están hechos el uno para el otro! No tengo la menor duda! Ja, ja! Un besote amigo!
ResponderEliminarHola Gabiliante, me encantó tu historia, sorprendente el final cuando se devela el misterio, era el gato de Alicia, por eso aparecía y desaparecía, como también me gustó su visión y análisis de la gente (bípedos) que por allí pasaban, sin dudas un excelente micro.
ResponderEliminarUn abrazo.
PATRICIA F.
Magistral giro argumental.
ResponderEliminarQue emocionante reencuenro.
Y con esa revelación se entiende el motivo de que el gato protagonista, Cheshire, esté cansado de los matemáticos.
Saludos.
Un gato muy especial. Un beso
ResponderEliminarHola Gabilante, ya me parecía a mí que era un gato muy parlanchín, hasta que por fin descubrimos que es el gato de Alicia, jajajaja, muy bueno. Me encantó como va eligiendo con quien quiere aparecer. Un relato genial. Un abrazo
ResponderEliminarLos gatos nos observan si es claro, muy misteriosos, pero creo ellos solo piensan en cazar raton. Pero por si las dudas cuando un gato nos mira es mejor apartarse de alli.
ResponderEliminarMi amiga Patricia me alentó muchísimo a leer tu micro, muy bueno. Es verdad, tanto juzgar al animalito nosotros y qué tal si pudiésemos oir lo que ellos piensan de la humanidad. Bravo, muy bueno. Rosana
ResponderEliminarMuy bueno el giro final :) ese gato seguro que tiene mucho que contar.
ResponderEliminarGabiliante, por favor, sería un honor subir tu texto a mi Gaterío con alguna imagen acorde, que las tengo y muchas (de Tenniel, por ejemplo), por eso no te pido una tuya con gat@, excepto que así lo quieras y me envíes a mi mail una... Estarás tres días en el Gaterío, ya te haré saber cuándo, y luego integrarás la Bolsa de Gatos del mes y allí permanecerás for ever en la web. Eso si tu quieres, obvio.
ResponderEliminarAbrazo hasta vos.
Hombre, por favor...
EliminarEl honor es mio. Faltaria mas...
Has ido a spam, para variar, pero te he rescatado tan rapido como he podido.
Muchisimaschhisimas graCias
Abrazoooooi
Ya te diré cuándo .. Muy agradecido!!
EliminarVaya un gato más parlanchín jajaja, me ha encantado tu relato, y ese giro final.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Los gatos, son ellos los que escogen. Siempre. Siempre, yo no los podía ver. Lluvio fue un descubrimiento, aunque hay días que lo detesto.
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