Este jueves nos convoca MARI desde su blog HACIA EL ÚLTIMO ESCALÓN DE LA MAGIA con un reto imaginativo (referido al nacimiento una imagen). Debemos centrarnos en una de las etiquetas de vinos que forman un collage y hacer nacer de esa imagen, un relato.
El resto de aportes AQUI
Este es el collage:
Esta es la etiqueta que he escogido yo:
Y este es el relato :
Hoss daba una vuelta por su extenso viñedo antes de acudir a la presentación que ofrecía su hermano en la ciudad. Fue a la caseta donde estaban las bombas de riego; había saltado una alarma, que en definitiva se tradujo en que un interruptor automático se había disparado. Tuvo la tentación de quedarse a averiguar cuál había sido el motivo; así lo hubiera querido su padre de no haber sabido que iba a perderse el gran día de su hermano Joe. Además su padre ya no estaba.
Se volvió a montar en su biocicleta y aceleró para no llegar tarde. Atravesó lo que antes fue un inmenso rancho. Ahora era un inmenso viñedo. Con gran dolor de corazón, la familia abandonó el negocio del ganado y dedicó la finca enteramente al vino. Esto habría disgustado a su padre, pero las prioridades económicas son las prioridades económicas y mejor solucionar las cosas antes de que no tengan solución.
Pasa como con la salud; más aún que con las prioridades económicas. La montaña de musculo macizo que conformaba el cuerpo de Hoss hace muchos años había ido convirtiéndose en una de grasa antimaciza. La inactividad física, los quebraderos de cabeza de los negocios, que asumía su padre anteriormente, fueron aplastando y ablandando los músculos de Hoss. Hasta que un día, su hermano Joe decidió tomar cartas en el asunto.
―¡Hostia, Hoss! ¿Eres tú? ―Candy era un antiguo empleado del antiguo rancho.
―Ya te digo, Candy. Te veo genial. ¡Qué bien te trata la vida!
―Hostia , pero ¿qué te ha pasado? ¿Te has hecho eso del balón gástrico?
―Bueno, parecido.
―Ah… eso del bypass
―Más o menos. ―A Hoss no le gustaba mentir pero le había prometido a su hermano que no desvelaría nada de la presentación. No es que faltara mucho para que se enterara todo el mundo, pero aun así guardó la promesa.
―Mira, ya empiezan. Me puedo sentar contigo ¿no?
―Claro, amigo.
«Damas y caballeros, les presento al Dr. Hop Sing»
―Hostia, tu hermano Joe sí que esta igual igual que en los buenos tiempos
Un viejo chino se encaminó con dificultad al estrado y subió a él.
«El Dr. Sing es un insigne genetista, aunque lo que hoy le trae a este escenario es otro tipo de ciencia en la que él es máxima autoridad en la actualidad: La cyborgología. Y nos viene a presentar, aquí, en primicia mundial el invento que revolucionara para siempre el concepto que hoy en día tenemos de la nutrición: La biocicleta, que hemos bautizado con el nombre del negocio familiar…
Las cortinas traseras se descorrieron y apareció algo indistinguible de una motocicleta debajo de un cartel luminoso que anunciaba: “La Poderosa”. Y debajo, más pequeño: “Bebe para conducir”. Un clamor sacrílego recorrió el teatro.
«Y ahora cedo la palabra al insigne Doctor…»
El doctor explico, con acento chino y todo lujo de detalles, que la biocicleta tenía en el manillar dos latiguillos que se acoplaban a sendos implantes que al piloto le había injertado quirúrgicamente en las venas de la muñeca. En realidad, el izquierdo a la arteria radial y el derecho a la vena cefálica. El meollo del asunto es que la sangre del piloto sale de su cuerpo por la arteria, se metaboliza en el interior de la biocicleta ―que solo se parece e una motocicleta en que tiene dos ruedas y un manillar―, quema el alcohol que biociclista ha ingerido ―mejor de vino que de bebidas de más alta graduación―, y esa energía hace funcionar el motor. Pero esto se le podía haber ocurrido a cualquiera. Lo verdaderamente es que una vez consumido el alcohol, comienza a metabolizar también los azucares y posteriormente la grasa.
―Hostia, tío. ¿Eso es posible?
―Ya te digo ―contestó Hoss levantándose la camiseta y mostrando unas costillas perfectamente contabilizables.
No sé si creérmelo o que tu imaginación ha saltado todos los niveles posibles, ajja.
ResponderEliminarUn buen relato y apenas de ser cierto vamos el invento del siglo. Un besote Gabi.
No es cierto, es inventado. Todos los i ventos lo son. Aunque esto aún no es un invento, pero todo se andará.
EliminarAbrazooo Campi
Espero que nunca lleguemos a ver algo así, esa manía de igualarnos a todos es un poco mandona. ¿No estrás usando una de esas máquinas para tu imaginación? sonrío
ResponderEliminarNooo. no esa ni otras parecidas. Soy muy reacio a las precauciones, en mi cuerpo. la dentista no para de decirme " Aquí u implante solucionaría el problema, pero el problema ahi sigue, palmado, pero...
EliminarAbrazooo
Jaja Patenta la idea antes que te la "roben". La biocicleta, señoras y señores.
ResponderEliminarPara El que tenga el ingenio y la pasta , que difícilmente se reúnen en la misma persona.
EliminarAbrazooo
jajajaja, esta muy bueno, nunca me hubiera imaginado que tu poderosa se transformó en esa biocicleta, muy buen invento y los personajes de Bonanza, muy buena historia, ingeniosa y divertida.
ResponderEliminarUn abrazo.
PATRICIA F.
Jajaa... Bueno.. me alegro de que hayas visto los personajes de bonanza, pensé que nDie los vería. Allí se llamaba la ponderosa. y de ese chiste malo salió el resto.
EliminarAbrszoo
Ese invento revolución en el mundo sin dudas, la biocicleta, me ha volado la imaginación que desprendes en el texto, es genial jajaja Creo que el vino ha hecho su efecto...jejeje Ya está subido tu enlace! Besos por ahí!!!
ResponderEliminarY sin haber bebido nada , eh?
EliminarBajo los efectos de ña sobriedad.
Grciass y Abrazooo
Qué buen invento ese, Gabiliante! Tendría asegurado el éxito del negocio jaja. Delirante e i genios, como ya es costumbre. Un abrazo
ResponderEliminarDelirante seguro. Ingeníó hará falta para fabricarlo y sobre todo para que funcione. y minimizar los efectos secundarios como la muerte por ejemplo.
EliminarAbrazoii
Es un gran invento. Un beso
ResponderEliminarsolo fLta llevarlo a la práctica.
EliminarY la pasta claro.
Abrazoo
Vaya alarde de imaginación. Me quedo boquiabierta...Y la verdad es un gran invento. Un abrazo!
ResponderEliminarEn realidad es el funcionamiento básico de la bicicleta. ¿cuántos ciclistas profesionales gordos has visto?
EliminarGracias
AbrZooo
Un remedio fabuloso esa biobici, tanto para el acondicionamiento cardiovascular como para la pérdida de grasa y no digamos para el negocio de la venta del vino. ¡A beber buenos néctares de la uva y disfrutar de una conducción biosostenible!
ResponderEliminarMuy buena aportación, Gabiliante.
Muy bueno, me has recordado el robot de la serie futurama, Bender, que funcionaba con el alcohol que bebía :)
ResponderEliminarMejor con vino que con bebidas de más alta graduación... jajajaja, el negocio redondo: vender las biocicletas y el combustible.
ResponderEliminarMi aplauso y admiración a tu imaginación y creatividad. Muy bueno, Gabiliante
Besoss
Hola Gabilante, sería el exitazo del siglo . Vamos que yo creo que se darían tortas por probarlo. Biobicicletaas, que ingenioso. Un microrrelato muy bueno, enhorabuena. Me ha encantado. Un abrazo
ResponderEliminarDiablos, la tecnología avanza a pasos agigantados, no me lo puedo creer, tu imaginación más allá del limite.
ResponderEliminarYo quiero una.
ResponderEliminarYaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!
Saludos.
Mejor que cualquier invento del Doctor Bacterio de la T.I.A.
ResponderEliminarNecesito la bicicleta, no para bajar de peso, sino para poder tomar algun bourbon sin preocuparme por el efecto del alchohol
Un invento para forrarse, te van a copiar la idea, ten cuidado.
ResponderEliminarQue extravagante invento, por el cual beber alcohol sería un deber ecológico.
ResponderEliminarSaludos.
Ja, ja, ja. ¡Menudo invento! Más te valdrá que te pongas a buen recaudo para que no te localicen los matones enviados por las industrias farmacéuticas, los cirujanos plásticos y los fabricantes de productos dietéticos, entre otros. He disfrutado muchísimo con tu relato por el derroche de creatividad que has volcado en él al escribirlo. Enhorabuena y gracias por compartirlo. Un abrazo.
ResponderEliminarEs una buena historia
ResponderEliminarYo, estaría necesitando una biocicleta en este momento, no bebo, pero le entro a la comida
Abrazos
Biocicletas y ciborgología, ¡un visionario! Super divertido y original, como siempre.
ResponderEliminarGenial haber coincidido con la etiqueta del vino, Gabi ;)
Un besazo
¿Se sabe cuándo comenzará a comercializarse ese vehículo?
ResponderEliminarSaludos,
J.
¡Vaya invento! Y encima es divertido. Dicen que hay que creer en lo imposible para que un día se haga posible. Todo se andará. Me ha encantado.
ResponderEliminarAbrazo.
Genial para una historia de ciencia ficción, pero creo que no me sumaría a las pruebas para él. Eso de los chips no me convence porque pueden hackearse... ¿y qué pasa si tienes un virus en un chip conectado a un nervio? Lo veo peligroso, aunque si no lo piensas mucho, sea divertidísimo. Lamento ser tan negativa. 🤷🏻♀️
ResponderEliminarAhora como relato es genial, no sólo por desarrollar un invento de estas características, sino porque, si no hubiera el peligro anterior, sería genial.👻
Un abrazo.
¡Hola, Gabiliante! Ja, ja, ja... Me parece que no soy el cliente potencial de este invento. Con lo bueno que está el vino, como para dárselo luego al aparatejo eso. Esto de hacer deporte es curioso, creo que soy el único de los que me rodean que ni va al gimnasio, ni hace dieta, ni lleva reloj para controlar los pasos y no sé qué gilipolleces más... En resumen, adivina quién es el único al que no le duele nunca nada y quienes están siempre quejándose de algo. Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarPD. Muy chulo el nuevo encabezamiento del blog. Y sí, han sido unas vacaciones digitales muy laaargas! Un abrazo!
Menudo invento! Jajajajaja
ResponderEliminarLa Ponderosa.. reconvertida en La Poderosa jeje Qué bueno! Y el guiño del título "Bonanza". ¡¡¡Qué mayores somos!!!
👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼