Este jueves nos convoca Myriam desde su blog DE AMORES Y RELACIONES
a desarrolar un texto con el tema EL CABALLO, un animal de caracteristicas peculiares en relacion con otros domesticados por el hombre.
Podéis encontrar el resto d aportes al tema AQUI
Horace, ya desde niño, era amante de los caballos. Solía acudir acompañado de su padre al hipódromo. Primero se limitaba a ver las carreras, luego insistió en entrar a las cuadras. Su padre no pudo negarse a complacerlo, mediante el oportuno soborno semanal a alguno de los mozos. Cuando el padre lo llevaba a la granja del abuelo era cuando más disfrutaba. Tenía dos enormes caballos de tiro, de aquellos que el pelo les cubre las pezuñas. Le encantaba verlos andar por la hierba, clavando los cascos en el terreno, de tan fuertes como eran y de lo que pesaban. Eran la estampa del poder.
Se hizo veterinario. A los cuarenta y cinco todavía no se había casado. Dedicaba casi todo su tiempo al trabajo,y a ahorrar para poderse comprar un pura sangre. Finalmente lo consiguió. Compró una hembra. No había tenido nunca demasiado interés por la cría, pero vio una oportunidad en ella, cuando se dio cuenta de que con su sueldo, jamás llegaría a tener una cuadra propia por pequeña que fuera.
Decidió cruzarla con el más famoso pura sangre del estado. “El cojo” le llamaban. No había fotos de él ni en las revistas de hípica. El día de la cita acudió con su yegua, se entrevistó con el dueño:
―¿Por qué ese apodo? ―preguntó Horace.
―¿Por qué cree usted? Porque es cojo. Pero no se preocupe por eso. Su padre fue campeón de… bla bla bla ―Horace no era muy amigo de escuchar fanfarronear, así que se dio la vuelta y se dirigió a los establos:
―Vamos a verlo ―cortó sin éxito.
―…y su madre… bla bla bla. Se quedó cojo por un accidente que tuvo… ―Horace se asomó al establo esperando ver a un caballo renqueante intentando montar a su yegua, pero encontró a su yegua sujeta aún por un mozo, y a un caballo apoyándose en sus patas traseras, con la delantera izquierda pateando el aire, y unos correajes sujetándolo del techo por donde debía estar la pata delantera derecha―. Al final se le engangrenó y tuvimos que cortársela. Más o menos se las apaña con una pata, pero para montar yeguas tenemos que ayudarlo.
La operación consistía en levantar la parte delantera de “el cojo”, meter debajo a la yegua, y rezar para que con los embates, no se fuera todo el conjunto al suelo. Demasiado para Horace.
―Vamos a su despacho mientras acaban. Le hare un cheque ―. Y se dirigieron hacia la casa. A medio camino, Horace se excusó―: Voy al coche a por el talonario. ―Abrió el maletero y el maletón de medicamentos y equipamiento que llevaba siempre a cuestas. Cogió cinco frascos de unos polvos blancos. Fue a la casa, firmó el talón y lo entregó al dueño de “El cojo”.
―Gracias. Según lo acordado, puede volverla a traer la semana que viene en caso de que no quedara preñada a la primera, caso improbable porque… bla bla bla…
Cuando llegaron al establo la operación había terminado. Horace se las apañó para apoyarse en el abrevadero privado de “El cojo”, mientras charlaba con uno de los mozos, y le daba las llaves del remolque de caballos para que subiera a su yegua. Luego siguió hablando con el dueño del semental mientras se dirigía a su coche. Se despidió, subió al coche tras revisar el remolque, tiró al suelo del acompañante cinco frascos vacíos y arrancó.
Al día siguiente, pasó por la finca del semental y vio dos coches de policía y un furgón sanitario.
La yegua no quedó preñada, y Horace no hizo ni amago de reclamación durante la semana siguiente; ni siquiera para disimular. Horace decidió que nunca tendría aquella cuadra propia, por pequeña que fuera.
Excelente... Iré a por otros aportes, el tuyo estuvo excelente.
ResponderEliminarBesazo
Gracias Paula, me alegro de que te haya gustado.
EliminarBesosss
¡Je!
ResponderEliminarOyeee... Que es un drama, no te rías. 😜
EliminarEntiendo que él como veterinario y persona no podía ver sufrir al "Cojo" el mantenerlo así era una verdadera desgracia solo por sacar dinero su dueño. Cuanto de eso habrá. Un buen relato amigo, me gusto porque dentro del drama siempre pones tu punto de humor y se agradece. Un besote grande.
ResponderEliminarHas dado en el clavo, y lo hashundido hasta el fondo de un solo martillazo.
EliminarMe alegro de que disfrutaras
Besosss Campi
Hola Gabi, aqui adhiero bastante al sentir de Campirela! Creo que se cometen tantas atrocidades con los animales que si verdaderamente tenemos amor por ellos no podemos permanecer inmunes ..Mucho charlatán suelto y como decimos por aqui mucho chamuyo cuando nos quieren embaucar..sobre todo en este tipo de negocios..Gran relato con tu estilo "tipico" en donde el humor a pesar de lo dramático de la escena no falta. Un abrazo grande!!
ResponderEliminarMuy bien adherido. . ambas habéis captado el espíritu del texto
EliminarBesosss
Crudo, crudísimo, tu relato -tan gráfico- con esa explotación tan execrable del semental cojo. Bien por Horace que lo salvó eutanasiándolo con esos polvos mágicos. S Se me ha hecho un nudo en el estómago leyéndote.
ResponderEliminarMuchas gracias, Gabi, por haberte sumado a mi propuesta.
Abrazo grande.
Muchas gracias a ti por convocarnos con un tema tan chulo, que levanta amores apasionados, por parte de algunos.
EliminarBesoss Myriam
Puesto que sufren, son prójimo. Qué duda cabe.
ResponderEliminarAbrazo animal, Gabiliante.
Bien visto. Creo que la nobleza y lealtad son las principales características del caballo, y esas características no le hacen acreedora de vivir indignamente. El relato hubiera funcionado igual sin ninguna de las 4 patas.
EliminarAbrazo noble, Carlos.
Un excelente y crudo relato, me dejo sin palabras
ResponderEliminarLos silencios también son reveladores.
EliminarGracias María.
Besoss
Lo has escrito de una manera tan real,que me ha parecido estar viendo toda la película de lo que ocurría desde el principio hasta el final.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu relato, muy humano.Crudo y humano a la vez.
Un abrazo,Gabi.
Gracias José Luis.
EliminarTodo lo que escribo lo "veo" antes. De todos modos, ser visual no es una virtud en sí mismo.
Abrazooo
Tener caballos hoy en dia es cosa de una elite. Y vaya no viven mucho estos animales. En vez de comprarse un pura sangre debio haberse comprado un automovil. Tampoco estuvo bien envenenar la propiedad y negocio de otra personaLa policia dara pronto con el criminal.
ResponderEliminarHorace no pretendía ser buena persona, solo un heroe. Eso de la policia ya lo tenía previsto Horace, por eso no reclamó la no preñez. Será juzgado y absuelto por un tribunal popular. El dueño será denunciado, juzgado, condenado y fusilado (sin esperar al amanecer), por maltrato animal)
EliminarAbrazooo, Jose
Y para su dueño, que podrá vender la grúa en Wallapop
ResponderEliminarAbrazoooo
Entiendo que fue un asesinato piadoso el que armó luego de ver el maltrato que le daban al semental. Lástima que la yegua no quedó preñada. Hubiese sido una forma digna en la que el Cojo lograba prolongar su trascendencia. Un relato muy perticular el que nos dejas, Gabiliante. Un abrazo
ResponderEliminarBien visto lo de la piedad, aunque matar(sacrificar, según el protagonista), nunca es un asesinato. Se asesinan personas. El cojo era un semental profesional. Tiene amplia descendencia.
ResponderEliminarBesosss, Mónica.
Muy buen relato, a Horace le pudo ver sufrir al cojo y más haciendo dinero para el dueño, vio mejor sacrificarlo que siguiera viviendo así.
ResponderEliminarBesos Gabi.
Entiendo que por ladificiltad de tener uno, la gente no está muy concienciada, aunque hay fervorosos amantes de los caballos. Pero el caso es que es un animal especial.
EliminarMe alegro de que te haya gustado. Esta sana voy un pocoal de comentarios , pero llegaré
Se hacen tantas atrocidades con el ser human, ¡cómo no van a hacerse con los animales! A mí ses me parte el alma y saber el poco escrúpulo de algunos que se benefician del dolor ajeno, eso ya me mata. Yo no sé si hubiera matado al caballo pero me tocó sacrificar a mi perra, lo pasé muy mal pero fue lo mejor que pude hacer por ella.
ResponderEliminarY denunciar, porque entiendo que hay una denuncia, también es muy bueno.
Deberían cambiar las leyes en cuanto al tema multas y al tema cárcel, ¿no crees? Y ser más severas.
Un beso enorme, Gabi. Esta vez me he enrollado mucho en el comentario ;-)
Hay que entender el maltrato en cada caso. También es subjetivo. Veo por el barrio algunas veces, un perro que lo pasea su amo que le falta una para delantera y camina no con soltura pero bien, no corre y tal,pero bien. Hay otro que en la parte trasera lleva acoplado un carro de dos ruedas, tiene las patas pero no le deben funcionar. ¿Tú crees que los perros tienen vergüenza? Habría que convivir con él y ver si se muestra alegre y contento en alguna ocasión,los perros sonas expresivos que los caballos (que tienen cara de caballo). ¿Crees que un caballo puede resistir no correr?
EliminarNo se.
Besoss Mag (te he contado las palabras, ahora no puedes bajar de esas)
La eutanasia la entendió muy bien tu protagonista, no hay derecho a que sufra ningún ser vivo.
ResponderEliminarEl sufrimiento también es subjetivo, y lo que se puede aguantar también. El título es copiado de una novela(que no tiene que ver con los caballos, que tratadel sufrimiento y el aguante (hace mucho que la leí, y cuya adaptación al cine aquí se tituló "danzad, danzad, malditos".
EliminarBesosss Tracy
Mi aplauso para él (y para ti).
ResponderEliminarUna buena lección para evitar el dolor de un animal.
Saludos.
A veces se puede evitar el dolor, con dejar de causar lo,pero este se implicó más. Dentro del dolor habría que incluir el sufrimiento y la dignidad
EliminarAbrazo toro
Muy buen relato, aunque creo que el problema no estaba en que el caballo fuera cojo sino en la explotación que se hacía de el. En otro lugar seguro que seria hasta feliz. Besos.
ResponderEliminarEn eso tengo dudas. No creo que pueda ser feliz. Otro animal quizás sí, pero un caballo que no puede correr, no sé..
EliminarBesosssimma (me he inventado una palabra)
Felicitaciones por tus logros
ResponderEliminarHe logrado traerte hasta aquí. ?que más se puede desear?
EliminarGracias Mucha.
Besosss
dicen que tener un pura sangre semental hace rico a su dueño. Sus cruces se deben pagar a precio de oro, vamos mucho más la hora que la de un cientifico de la NASA. Me viene a la memoria una cuadra famosa de un expresidente de un club de futbol que usaba sus sementales para hacer negocios...o no
ResponderEliminarSi. Jaja, no había pensado. Creo que en Europa, va más asociado a la élite", y a la figuración. Aunque no hay nada que lo indique, pretendía ambientarlo en USA, donde no es tan extraordinario tener caballos. Que están más incluidos en el día a día. (No de N York o Boston)
EliminarAbrazo rodolfo
Leyendo tu relato se me ha encogido el corazón...
ResponderEliminarUn abrazo Gabi, y buenas noches.
Pues misión cumplida , espero que pudieras respirar....ya veo que si.
EliminarGracias Berta
Besosss
Todos sufrimos en mayor o menor intensidad. No hay forma de lanzar la primera piedra.
ResponderEliminarSaludos.
Pues sí. Eso es tan cierto como inevitable. Solo hay que suprimir el sufrimiento evitable o insoportable.
EliminarAbrazo guillermo
Parece que no iba a ser muy provechosa esa compra, que no se decidió a hacer. Y luego no podría.
ResponderEliminarBien contado.
Saludos.
En realidad sólo compró la inseminación, que tampoco le sirvió de nada. Este es un nuevo tipo de negocio que podríamos llamar lose-lose.
EliminarAbrazoo Demi
Es tremendo. Imagino la crueldad con el caballo hasta el punto de que el veterinario tuviera que rescatarlo de esa manera... Y hay tanta crueldad.
ResponderEliminarHe estado leyendo más relatos tuyos y si no te importa te voy a agregar a mis Blogs.
Besos
La subjetividad del que se toma la justicia por su mano, tbien hay que tenerla en cuenta.
EliminarMe alegro de que te hayas dado una vuelta hayas disfrutado.
Siempre estés bienvenida
Besosss, Música
Pobre caballo.
ResponderEliminarPobre antes de morir y pobre después.
EliminarEs difícil salir de la pobreza.
El punto de humor se agradece, pero quiero pensar que mata al semental, por piedad, digamos. De momento tiene a su yegua preñada, que ya es mucho, y tal vez el futuro potro sea un perfecto semental con el tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo grande, amigo
Nooo. La yegua no quedo preñada.aqui no gana nadie. todos pierden. Es un relato de perdedores con boato.
ResponderEliminarBesoss maxi, amiga
Saludos Gabiliante, buen relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lola
Gracias por pasarte y comentar
EliminarBesoss Lola
Al pobre "cojo" lo tenían para el negocio sin importarles nada más que eso y el veterinario pudo ver que la dignidad del animal pedía auxilio y descanso.
ResponderEliminarMuy buen relato 👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼
Bien interpretado. De trata de dignidad, no de dolor. El maltrato incluye la dignidad y un caballo no puede ser tratado indignamente,mucho menos que ningún otro animal , si es de que hay un orden. Un caballo correr hasta reventar si se lo pides.em las pelis del oeste, la pena por robar un caballo era la muerte . No es un anal como los otros. No he visto imágenes (por suerte)de ganado caballar (para hacer carne),no sé cómo los crisran, pero prefiero no saberlo.
ResponderEliminarBesoss gali.