Esta semana juevera nos convoca Mónica desde su blog NEOGEMINIS con el tema de los engaños, y las trampas. En este relato aparecen de una forma un poco sui géneris (ahora no sé si géneris lleva tilde). Lo escribí la semana pasada previendo que Mónica iba a traernos este tema (Es mentira, fue para otro objetivo, pero ha coincidido; siempre coincide todo)
Podéis ver el resto de aportes AQUI
El verde del paisaje tiene tonalidades múltiples; desde el valle del Rednitz hasta más allá del valle del Tauber se extienden espesos bosques, en su mayoría de coníferas. Sin embargo, alrededor de los pueblos hay un ancho espacio cultivado, pues desde muy antiguo aquella es tierra de labrantío. En los numerosos estanques, la hierba crece más alta; tanto, a menudo, que sólo se perciben los picos de las manadas de gansos, y a no ser por sus gritos, legaríais a tomar esos picos por flores prodigiosas, dotadas de movimiento.
La caza era otra fuente, sino de ingresos monetarios , sí de cárnicos. Los niños aprendían de los padres a imitar los graznidos, para atraer a los machos en época de celo. Los mayores solo podían instruirlos, ya que con la madurez de la voz humana, el engaño pierde efectividad. Así pues, los niños eran imprescindibles para este tipo de caza.
Damián fue un aprendiz aventajado. Bordaba el graznido; tanto que los machos se le acercaban hasta el punto de quitarle la manta bajo la que se ocultaba. Entonces les atizaba con un palo que llevaba y ya había carne para el caldo. Damián cazaba solo; no necesitaba ni a su padre ni a ningún otro adulto con una escopeta.
Un día, tras repetir en varias ocasiones el graznido, notó como su víctima le quitaba la manta, lanzó su garrote pero justo antes de impactar con el animal, se dio cuenta que era una hembra, y desvió el golpe lo suficiente para no darle en la cabeza, pero sin poder evitar impactar con el cuerpo.
―¡Ay! ¿Qué haces? ¿Por qué engañas? No eres una gansa ―preguntó dolorido el animal.
―Tú eres la que engaña. No eres un macho. Eres una hembra. ¿Por qué acudes al reclamo? ―contestó Damián.
―Es que a mí me gustan las hembras ―argumentó la gansa.
Antes de contestar el chico pensó: «Uff… Que complicada es la vida campestre. Ahora cada vez que vaya de caza, tendré que asegurarme antes de sacudir, porque mamá me dijo que la carne de gansa no es tan buena para hacer caldo como la de ganso». Finalmente preguntó:
―¿Y cómo es que hablas tan bien en alemán?
―Imito el habla humana. Igual que tú los graznidos. Me enseñó mi padre. ―La gansa se miró el ala y continuó―: Y ahora ¿qué hacemos? Me has roto el ala; ya no puedo volar.
―No sé. Nunca me he encontrado en esta situación. ¿Quieres que te cuide y te alimente hasta el día de tu muerte?
―No me hace mucha gracia. Una gansa que no puede volar ¿para qué sirve? Mejor mátame ―sugirió la gansa como quien solicitaba que le espantaran un tábano.
―¿Cómo te voy a matar?
―A garrote.
―Es que no me gusta matar hembras. No es nada personal, ¿eh? De otros animales tampoco.
―¿Acaso no matáis a los caballos cuando se quedan cojos, y ahorcáis a los galgos cuando ya no pueden cazar?
«¡Qué complicada es la vida», suspiró Damián para sus adentros. Finalmente dijo:
―Bueno… Tú ganas. Venga, ponte.
La gansa bajó la cabeza y Damián, muy a su pesar, lanzó el estacazo de gracia; pero justo cuando iba a impactar, volvió a desviar el arma, y consiguió no desnucar al bicho, pero le rompió el otro ala: «Pero ¿qué he estado a punto de hacer? Puedo ganar una fortuna en las ferias con un ganso que habla», pensó sorprendido.
Si no vale para el caldo, al menos sacarle un provecho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pero un provecho bueno, eh? No un provecho de chichinabo... tambien serviria para el caldo, no? Oye me acabo de dar cuenta del dobledoble sentido de la palabra.
Eliminarabrazoo
No sé si estaré equivocada , pero me da que este escrito tiene algo encerrado, me explico tiene varias lecturas, pero me quedo que el niño sabe mucho ajajjajaj. Un texto que deja dudas. Un besote grande.
ResponderEliminarEl niño es un vivales. Ya lo era antes de que le enseñaran a imitar a los gansos, ya no te cuento ahora.
EliminarAbrazo
Qué miedo me dan los niños que crecen demasiado deprisa... Un relato más profundo de lo que parece a primera vista, me ha gustado.
ResponderEliminarUn niño demasiado listo para ser niño. Ya ha salido por aqui en otras ocasiones y en el nombre ya se le ven las intenciones, para todo buen amante del cine de terror.
Eliminarabrazoo
Yo creo que se han encontrado un par de picaros, que entre enredos y trampas quieren cuidarse.
ResponderEliminarUn abrazo.
de momento sale ganando con ventaja el niño, aunque el futuro que le espera al ganso dando charlas por las ferias... Tendra que atrlo corto para que no vuele.
Eliminarabrazoo
Tiene doble lectura, el comportamiento egoísta subyace de fondo y ninguno es lo que parece. Un abrazo
ResponderEliminarEl comportamiento es casi mas explotador y aprovechado que egoista. Es un niño de los que quema moscas atrapadas con una lupa.
EliminarMas que doble lectura, tiene mas intencion que hacer gracia.
Me gusta lo del protagonista malo, sabemos que no debemos empatizar
abrazoo Ester
jajaja delirante como en tus mejores momentos! este cuento de engaños sucesivos resulta tan divertido como irónico y además expone el contrasentido de matar o no animales según sea la condición! gracias por participar, Gabi. Un abrazo
ResponderEliminarLa cruda realidad es que los animales de personas tienen que ser utiles, los productivos y tambien las mascotas. Tienen que dar carne, o leche, o espectaculo, o ganancia economica concursal, o compañia, o cariño. Y si muerden o atacan , por muy msscotas queridas que sean...
Eliminarbueno , esto era una parte de la hilaración. (me dice el corrector que no existe)
abrazoo y gracias por convocarnos y tu atencion y trabajo
Muy bueno y lleno de ironías. Bravo👏🏼👏🏼
ResponderEliminarQue complicados sois los humanos...
ResponderEliminar¡Uh!
y ya, si te das cuenta desde pequeño...
Eliminarabrazoo
Erik
Sensacional... Ya desde esas flores móviles se ve venir una historia sorprendente. El final inesperado nos habla de la avaricia sin límites del ser humano. La idea de hacer hablar a la gansa igual que el niño imita el lenguaje del ave es un puntazo (y además enseñada por su padre...), super divertida por lo ingenioso e inesperado. También lo de suplicar la muerte como el que quiere que le quiten un tábano... Y la breve descripción del paisaje de ese rincón alemán.
ResponderEliminarImposible irse de aquí sin varias sonrisas...
Ahora me queda informarme de si es costumbre imitar las voces de los gansos como reclamo a través de niños, que seguro que sí, pues siempre te basas en hechos reales para construir tus fantasías. Y aunque detesto la caza, me ha parecido muy curioso, porque con la misma intensidad adoro las aves y sus sonidos.
Un abrazote, Gabi!
Nooo. No investigues eso que es aburrido.
EliminarEs todo inventado (bueno, al menos yo no tengo concimiento de ello) Todo lo que puedo inventar, lo invento; eso sí , tiene que ser verosimil. Lo unico que tiene que ser real es lo que resulta inverosimil.
La avaricia ya se puede presentar de niño, igual que la crueldad, y si no se controla o educa, pasan estas cosas. Este niño es recurrente, ya ha salido alguna vez mas por aqui.
besosss, Maite y gracias por meterte siempre tanto en los relatos
Menudo cazador experimentado este Damian! Lo que no esperaba pobre es que le sorprendiera la liberación sexual en el mundo animal! Ja, ja! Además de buen cazador tiene instinto emprendedor! Que peligro de niño! Un relato sencillamente genial, como ya nos tienes acostumbrados! Un besote amigo!
ResponderEliminarEmprendedor/explotador. No me gusta meter cosas de genero o de cualquier otra cosa que este de moda, o mejor dicho, que parezca que haya que hablas obligatoriamente de ello, pero es que aqui lo necesitaba para encajar la trama.
Eliminarbesoss, amiga
Engaño mútuo, pero la gansa sale peor parada y el Damián se lleva la tajada a costa del pobre animal.
ResponderEliminarAvaricia, egoismo, engaño...Un relato que puede tener doble lectura.
Abrazos.
no es muy doble; es exactamente como lo has descrito. la doblez quiza esta en el tono de humor, que no es lo que refleja.
Eliminarabrazo jose Luis
Me ha gustado tu original relato, que toca la homosexualidad femenina en los animales. Nunca me había parado a pensarlo..
ResponderEliminarLo que me cuestiono es que siendo tan comprometido con la vida de las hembras, luego no dude en exhibirla sin alas en los mercados para ganar dinero. Muy interesante
Vaya duda para una refranera como tú.
Eliminar¿Que es lo que se acaba cuando se mata a la gallina de los huevos de oro?
Lo sorprendente es que las miserias humanas se reflrjrn ya en un niño, que bueno, en realidad tiene ya doce años. ya ha salido alguna vez mas por aqui
besooss Tracy
uys... qué angustia la vida que le espera a la pobre gansa...
ResponderEliminarBueno tampoco hay que dramatizar; se la va a pasar dando charlas por las ferias, si a Damián le sale bien el plan. Y escapar cuando vea la oprtunidad; que en listos rivalizan, eh?
Eliminarabrazoo
Quizás la gansa, herida en sus dos alas, de pena ya no volvería a hablar.
ResponderEliminarNo seria muy inteligente por su parte, porque no serviría para nada, y esta gansa es tanto o oas lista que el niño
Eliminarbesooss,Lillian
¡Hola, Gabiliante! Je, je, je... un relato que me da que esconde "muncha mala leche", y me encanta. Tanto como el propio niño que desde luego es muy espabilado y ha sabido darse cuenta a tiempo de que la gansa vale más viva que muerta. Yo creo que el muchacho irá para político o ejecutivo de alguna multinacional. Estupendo relato. Un abrazo!
ResponderEliminarEl niño es un adelantado a su edad y anda escaso de escrupulos. Me da que no va a crecer. Ya ha salido varias veces por este blog y es un personaje importante de la novela que hemos escrito a diez manos este año en el taller de escritura. Como no sea que se me rebele, se va a quedar con doce años.
Eliminarabrazooo, David
Imaginativo y hilarante. Me ha encantado. Y por el ganso hablador, oye :-)
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
Pues hay muchisima gente que cree que los gansos no hablan. Bueno, igual me he pasado: mucha gente.
Eliminarbesootee, amiga
amigo ! Damian de tonto no tenía un pelo. Se busco la manera de no tener que imitar sonidos para llevar carne a sus caldos. La vida es para quien sabe ver oportunidades Un abrazo
ResponderEliminarEs un negociante, un pelin explotador, y adelantado a su edad y falto de escrupulos y de empatia. pero bueno, se pude ser cosas peores, creo.
Eliminarabrazoo, Rodolfo
Creo que ya te había dejado comentario. Igual se fue a spam.
ResponderEliminarQue me ha gustado mucho. Nunca defraudas! 👏👏👏👏
¡Madre del amor hermoso! ¡Qué imaginación desbordante tienes! ¡Excelente fábula y con buena moraleja!!! Besos
ResponderEliminarAhora y para que ya no me suceda lo de tu anterior publicación pensaré que no hay nada de fondo y me quedo con que el niño -ya su nombre es indicativo que tiene mala entraña- es bueno para tomar las oportunidades que se le presenten y aprender en el camino, la gansa es posible que, con sus gustos diferentes vaya haciendo conciencia por donde se presente -o la presenten-, me inclinaré a creer que todo es cristalino y todos ganan en este episodio sin dobles lecturas.
ResponderEliminarHabía cierta crueldad en el pequeño. No mató a la gansa, pero le estropeó el otra ala, planeando sacar provecho de su capacidad de hablar.
ResponderEliminarBien contado y acorde al tema. Saludos.
Pobre gansa, que solo quería ligar con otras gansas... ¡Y se encontró con un chico!
ResponderEliminarSuena a historia de Tinder ;P Muy divertida.
Un besazo, Gabi