Este jueves convocamos los de "EL VICI SOLITARI" de la mano de MARIFELITA con el tema de "los siete magnificos pecados capitales", que es el tema del libro que compondremos este año si no hay novedad. Yo aporto en este caso mi relato sobre la ENVIDIA, el mas capital de los pecados.
Este relato continúa inmediatamente otro que ya publiqué sobre LA LUJURIA hace unos meses.
Me disculpo porque todavía no ha venido el informático para arreglarme el contador de palabras del ordenador.
Podéis encontrar el resto de aportes AQUI
Mario salía de su piso cuando se detuvo al oír que llegaba el ascensor. No quería bajar con nadie, así que echó una ojeada por la mirilla antes de salir. Era alguien que llegaba. Salió una chica menuda con unas cerradas gafas de sol, guiada por un perro lazarillo. Una ciega, sin duda. Se plantó delante de la puerta de Aurelio y empezó a desnudarse. Mario recolocó su ojo en la mirilla acercándolo tanto que hizo ventosa. Pero eso no le impidió admirar el espectáculo. Después de desvestirse completamente la chica se colocó una falda que apenas le llegaba a media nalga y llamó a la puerta de Aure. Empujaba la puerta con denuedo, como si así pudiera meter más aun el ojo en la mirilla.
“Reglas nuevas. Del moño para abajo”, creyó oír que decía la chica mientras le entregaba a Aurelio el extremo de una cadena de mascota. El lazarillo llevaba un manubrio de esos que suelen llevar, así que no era su cadena. Los tres desaparecieron tras a puerta.
«Pedazo de novia que se ha echado el tontito», pensó Mario saliendo de su piso. Se dirigió a la puerta de su vecino. «Lástima que las mirillas no funcionen en las dos direcciones». A falta de otra cosa, acopló el oído a la mirilla. A los pocos segundos la acción ya había comenzado. «¡Qué hijo de puta! Anda que ha necesitado preliminares». Volvió a meterse en su piso y se dirigió a la terraza que colindaba con la de Aurelio, pero al asomarse no pudo ver nada, porque habían bajado la persiana, así que tuvo que conformarse con la banda sonora. «¡Que hija de puta! ¡Cómo grita la muy zorra, con lo pequeñaja que es! Y este cabrón de Aurelio es un cabron, cabron, cabron… Qué callado se lo tenía»
―Brrrrr… ¡Qué cabroooooon..! ―Esto último tuvo que decirlo aunque fuera en voz baja. Ya no le cabía más rabia dentro.
Con el paso de los días y sus labores de espionaje averiguó que el nombre de la zorrita, como él la llamaba, era Verónica. Lo del espectáculo previo solo fue el primer día, por desgracia para él. No estaba muy seguro de que fuera ciega aunque siempre iba con esas gafas y el perro guía; los primeros días atinaba sin dificultad al timbre, y luego, cuando Aure le dio la llave, también abría sin dificultad. Eso complicaba su plan. Llevaba una colonia muy penetrante; penetraba por la mirilla; en cuanto ella se metía en el piso, Mario Salía inmediatamente al rellano para bañarse en el aroma que dejaba a su paso; se llamaba “Eau de soumisse unisex”; lo averiguó con una aplicación del móvil que identifica los aromas. Venia martes, jueves y luego se quedaba todo el fin de semana. Aquello era imposible de soportar: «Pero ¿cómo puede ser? ¡Todo el santo día dale que te pego, dale que te pego, sin parar. Y anda que se reprime la muy zorra», pensaba todo el fin de semana sin parar. La verdad es que entre las muchas virtudes que la adornaban no estaba la discreción. Al final tomó una determinación: Mario salía el sábado por la mañana en dirección a casa de su novia y no volvía hasta el domingo por la tarde. Aun así tenía que tragarse cuatro o cinco asaltos. En casa de su novia lo único que hacía era pensar en la suerte que tenía el cabrón de Aure.
Un día se hizo el encontradizo en el rellano a la hora que Aure regresaba del trabajo. El aroma del perfume nunca abandonaba del todo aquel trozo de escalera:
―Aure, vente a casa un momento. Te invito a un café que quiero proponerte algo. ―El anfitrión fue a la cocina y pasados un par de minutos Mario Salió con los cafés.
―¡Que gusto más raro! Es descafeinado ¿verdad?
―Sí, es que no tenia de otro ―se excusó. «Descafeinado y endulzado con diacepam, que engorda menos», pensó exultante de rabia. «Venga, cabrón, tómatelo, que hoy sí que te la voy a clavar. A ti, y sobre todo a tu novia, cabrooooon».
―¿Qué decías que querías proponerme? ―La rabia le podía tanto que no se pensó mucho lo que iba a decirle. Confiaba en que el medicamento hiciera su efecto rápido.
―Pues había pensado en comunicar nuestras terrazas. Voy a poner una pequeña piscina y como yo los fines de semana no estoy, tu novia podría pasar a bañarse; Tu novia y tú, por supuesto. ―Se lo estaba inventando sobre la marcha, pero a medida que avanzaba la cosa iba tomando cuerpo. Tenía unas minicámaras que no había usado nunca y de pronto les encontró utilidad. Pensaba en Verónica en bikini saliendo de la piscina, o igual sin biquini sabiendo que él no estaba; las gotas resbalando por aquella piel brillante, untada de crema solar, reflejando el sol, mientras se dirigía a cámara lenta hacia la hamaca, envuelta en aquella música vaporosa...
―No. Tiene fotofobia.
―Ah ―«Vaya cortada de rollo», pensó. «Sí que tarda el puto medicamento este. A ver qué coño le cuento ahora… Y la zorrita está a punto de llegar. No me va a dar tiempo a prepararme―. Pues podías usarla tú… Aure, Aureee ―De golpe y porrazo se quedó sobado. Le rebuscó en los bolsillos y sacó las llaves de su piso. Dejó a Aure en el sofá y fue a su casa a esperar a Verónica. Una vez dentro desconecto los diferenciales y lo dejo todo completamente a oscuras. Todo aquel piso olía a “Eau de soumisse unisex”. Por todos lados, todos los objetos. Se desnudó y se echó en la cama. A los pocos minutos llego Verónica.
―Yu-huuu… ―reclamó Mario deformando la voz.
―Tranquilo, cariño. Hoy me tengo que preparar; voy al baño― Mario, tras dos minutos ya se impacientaba. Ella salió, se acercó a la cama y, a tientas, le fue indicando como debía ponerse. Lo colocó boca abajo con las piernas y los brazos abiertos. Luego: Raca, raca, raca. Le endilgó tres fustazos en el trasero que sonaron como tres relámpagos cuando parece que se raja el cielo.
―¡¿Qué haces, loca?! ―Mario se levantó como un muelle cogió su ropa y apretó a correr hacia su casa
―Pero ¿tú quién eres? ―preguntó sorprendida Verónica
El perro lo siguió con la mirada cuando pasó a su lado. Mario salió del piso. El lazarillo le miró el culo mientras corría a su casa: «Parece del Atleti», pensó. Mario abrió la puerta y se metió dentro, justo un segundo antes de que se abriera el ascensor y apareciera su novia.
―¿Sabes dónde está Aure? ―gritó Verónica desde la puerta, enfundada en su traje sado, de cuero rojo, con las gafas de sol cerradas y la fusta en la mano.
Jajajaja, muy bueno, sobre todo el final. Vaya sorpresa se llevó Mario, te pasaste, todavía me estoy riendo.
ResponderEliminarEs una muy buena historia, te felicito Gabiliante.
Un abrazo y felicidades!
PATRICIA F.
Gracias, Patricia. Aquí también hay un poco de lujuria paro la envidia es lo principal
EliminarAbrazooo
Le estuvo bien empleado por curioso y envidioso.
ResponderEliminarYa que estaba dispuesto a pasar una tarde de sexo, pues que hubiera seguido, flojillo el Mario jajajá.
Un besote Gabi, te dejo mis más sinceras felicitaciones para estos días de fiestas. Espero que lo pases bien con tu familia y no te atragantes con los polvorones.
Eso mismo. Cuando uno se lanza hay que asumir el lanzamiento. Mucha planificación y sl finsl se raja. Además de haber seguido , su novia no se hubiera enterado, wue se prepare ahora.
EliminarMuchas gracias Campi. Felices fiestas también para ti y todos los tuyos
Entrada tan divertida como ocurrente.
ResponderEliminarTe dejo mis mejores deseos para estas navidades y que el Año Nuevo sea mejor que este y nos depare bienestar y tranquilidad.
Un abrazo.
Gracias M Carmen. Me alegro de wue te haya entretenido y sobre todo divertido
EliminarFelices fiestas también para ti y todos los tuyos
Nada que una buena pomada no pueda arreglar.
ResponderEliminarEso, eso. una buena pomadita y en dos días volverá a ser del Madrid. El Real eh? No el Atlético
EliminarAbrazo fuerte Erik y Feliz Navidad
Muy original tu relato, Gabiliante. Menuda lección se llevó el pobre Mario.
ResponderEliminarSalud y felices fiestas!
Una lección de amor incomprendido. Como dice Campi, si te metes en el fregao, hasta el final...
EliminarFeliz Navidad también psra ti y todos los tuyos
Castigo justo al lascivo voyeur , muy divertido tu relato, no sé si ella era ciega pero se ponía ciega de su líbido sado. Una de dos: o Mario se pasaba al sexo duro o no volvía ni siquiera a envolverse en el aroma de perfume que se colaba hasta por la mirilla. Ya digo que me he reído, lo cual es un buen homenaje a tu texto, ¿no?
ResponderEliminarY tanto que es buen homenaje. El mejor.
EliminarEl perfume "eau de soumise unisex" no le imbuyó la suficiente sumisión para soportar el asalto.
abrazo fuerte y Feliz Solsticio de invierno😜
¡Hola, Gabiliante! ¡Qué bueno! Creo que si hay un superpoder que puede sacar lo peor de nosotros mismos, sería el de la invisibilidad, saber que podamos dar rienda suelta a nuestros más oscuros deseos sin consecuencias. En este caso, no es invisible, aunque sí para la muchacha. Sin duda que la realidad nunca está a la altura de nuestra fantasía, ja, ja, ja...
ResponderEliminarAprovecho para desearte una muy feliz navidad. Un abrazo!
Jajaa la invisibilidad y la oscuridad son casi lo mismo, sobre todo cuando imperia el tacto. Aunque no seas fan de Harry Potter , te dire que tiene una capa de invisibilidad, pero siempre la usa para buenos fines.
EliminarAbrazo fuerte y Feliz Navidad para ti y todos los tuyos
Castigado por lascivo, envidioso y voyeur. Me reí mucho. BUen relato.
ResponderEliminarSaludos y felices fisestas!
lady_p
esta visto que no era anibal smith meencantaquelosplanessalganbien porque planeado lo tenía bien planeado, pero como dicen los militares " no hay plan wue sobreviva al contacto con el enemigo".
EliminarFelices fiestas también para ti y todos los tuyos
Buen relato sobre la lujuria, ¡ahí no!, que es sobre la envidia. Además de las consecuencias de querer saber más de la cuenta de lo que hagan los demás.
ResponderEliminarcomo uno continuaba del otro, había que hacer un tránsito y se ha colado un poco de lujuria, pero poca, eh?
EliminarAbrazo fuerte y buenas fiestas
parece del atleti ! toma ya zurriagazos en el trasero, y es que la imaginación suple lo que el cuerpo es incapaz de hacer en este caso pura envidia cochina Un abrazo Feliz Navidad
ResponderEliminarEl perro era futbolero , eh? No se le escapa ni una.
Eliminarabrazo fuerte y Feliz Navidad también para ti y todos los tuyos
Hola Gabi, jajajaja, eso le pasa por meterse donde no le llaman, la próxima vez aprende... Buen relato.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Este no va aprender. La envidia, aunque sea el que menos adicción física tiene, es el más difícil de eliminar. Es genético. tiene cromosoma propio😝
EliminarAbrazo fuerte y Feliz Nsvidad
Ay amigo! Mira que puede ser mala la envidia! Pero tu escena del relato es genial! Podemos visualizarla perfectamente con cada detalle! Tremenda situación con tremendos personajes! Un besote!
ResponderEliminarahora, volviendo a tener presente el hilo de este voy a ver si estos días retomo la idea de la ira que ya la tenía medio encauzado. mismos personajes😜
EliminarBesosss ,amiga y Felices fiesta
Menuda sorpresa!!! jajajaa
ResponderEliminarSaludos.
si uno s arriesga lo suficiente, la vida te da sorpresas. Este lo tenía bien planeado, pero aún así...
EliminarabrZo fuerte y felices fistas
Jajajaja, aque bueno. Eso le pasa por entrar donde no debe. Menuda sorpresa se ha llevado. Te felicito. Un abrazo y feliz Navidad
ResponderEliminarEl riesgo es lo que toene, que el plan puede torcerse.
EliminarAbrazo fuerte y Feliz Navidad también para ti, Nuria
Tan envidiosa, con ira, que apenas le prestó atención a su propia novia, siendo que se quedaba en la casa de ella. Seguramente pudiendo ejercer la lujuria.
ResponderEliminarPero la envidia, mezclada, por el vecino, lo llevó a un acto muy cuestionable.
Irónicamente, fue castigado al realizar su deseo con la tal Verónica. En una forma que no le gustó, tanto que huyó.
Muy bien contado. Que tengas felices fiestas..
Saludos.
Has dado en el clavo de lo pecaminoso que es la envidia, para mí la reina de los pecados capitales, ña más pecaminoso, diría yo, porwue no es un vicio.
EliminarTeniendo novia con ña que disfrutar, se la pasa torturandose por no poder tener a la de su vecino.
abrazoo fuerte, Demi, y felices fiestas también para ti y todos los tuyos
jajajaja Vaya, vaya.
ResponderEliminarTanta ansiedad y tanta estratagema para llevarse un par de fustazos jajajajaa
Muy bueno, Gabi. Agradezco mucho las risas
Un abrazo.
Los planes, que como le comentaba a Lady p, no hay uno que sobreviva al contacto con la realidad, y menos siendo tan srriesgado. me slegro y congratula lo de las risas
ResponderEliminarabrazo fuerte y feliz Nsvidad
Ahora quiero verlo que le dirá a su novia, pescado que quedó muerto entre la envidia furiosa y la lujuria que quería, pero creo que solo conseguirá que el lazarillo le muerda el culo.
ResponderEliminarjajajja
Muy bueno Gaby!!!
Que pases linda Navidad junto a los tuyos,
Un abrazo,
Lo tiene bien merecido, aunque como dice nuestra amiga Campirela, ya podría haber aguantado un poco más, de tantas ganas que le tenía a Verónica ;) Y el perro podría haberle dado un mordisquito.
ResponderEliminarComo siempre, ¡hilarante! Me encantó, Gabi.
Un besazo y Felices Fiestas
Para evitarme este tipo de situaciones es que prefiero no vivir en edificios de departamentos ni lugares similares, como las vecindades mexicanas y esas cosas. La privacidad siempre es lo primero.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Esto le pasa por no estar al día. ;)))))
ResponderEliminarMenudo relato!!!!
Saludos.
Y mientras tanto, Aure durmiendo en su casa. Me imagino las explicaciones que tendrá que dar Mario a su novia, al vecino y a la otra preguntando por Aure...
ResponderEliminar¿El perro pensó en el Atleti? jajajaja esto no me lo esperaba....
ResponderEliminarBesos.