Esta semana nos convoca Mónica desde su blog NEOGÉMINIS y nos propone hablar de un color: EL VERDE. Muchos habrán mezclado el tema con el de los viejos, pero yo no. He hecho un texto de amor puro. No ponerse nerviosos si no veis el color, porque no aparece hasta el final.
AQUI podéis encontrar el esto de verdades. Y por las referencias se van a revelar algunas edades.
Es una popular creencia que aquellos rebeldes encabezados por Lin Chung estaban muy bien avenidos. Falso. El apellido del protagonista casi lo anuncia. Había rencillas internas por la disputa del amor de Hu San-Niang. Ella estaba determinada a tener una amplia descendencia, pero esto truncaría carrera de guerrera. Esa era la excusa que más habitualmente ponía Lin Chung para no ser padre. Falsa de toda falsedad. La verdadera razón era que querer tener descendencia y poder tenerla no es lo mismo. Querer no siempre es poder. Hu San-Niang comenzaba a sospecharlo y empezó a tirar la caña a alguno de los jóvenes revolucionarios. Estos incautos acostumbraban a perder la cabeza en el fragor de la batalla sin que nadie consiguiera ser nunca testigo de cómo. Así que Hu San-Niang decidió buscar allende los ríos. En este caso el Liang Shan Po. Y aquí viene la más gorda de las falsedades que rodea a esta leyenda. El color no se refería al de las aguas del rio, como todo el mundo sospechaba, sino al color de los habitantes del otro lado.
En una de aquellas fracasadas incursiones, los soldados persiguieron a nuestros héroes, que se batían en retirada, hasta el mismísimo rio, obligándolos a cruzarlo en desbandada. Perdida tras la frontera Hu San-Niang fue descubierta y apresada por los habitantes de aquellas tierras. Lo cierto es que no opuso mucha resistencia ya que, entre tres de aquellos enanos indígenas, la apresaron sin problemas.
Tras unas semanas de largos diálogos y conocimiento mutuo con el jefe de la tribu, este la invitó a comer ―y no solo a comer― a su seta. Bueno, se me ha olvidado decir que vivían en setas. No voy a dar muchas explicaciones de esta circunstancia, solo diré que el que quisiera un relato realista se ha equivocado de cuento.
Pasados cuatro meses y medio Hu San-Niang tuvo su primer vástago. También fue el primero del líder de los indígenas, que a partir de ese día cambio su nombre por el de “Papa Pitufo”:
―Parece un marciano, pero lo querremos igual, ¿verdad, cariño?
Ya supondréis que las leyes de Méndel se cumplieron a rajatabla
Es que era un poco ligera de cascos multicolores.
ResponderEliminarSalud.
Y antirracista, que en aquellos tiempos no era poco.
EliminarAbrazooo
Muy muy bueno el cuento, tan real como la vida misma a orillas de aquel glorioso río por el que paseaba Kung Fu en sus días de gloria. Cuantos recuerdos televisivos me trae el Liang Shan Po. Y supongo que siguiendo las leyes de Mendel el retoño de la guerrera y el oriundo del otro lado quizás anduvo más cercano que sus padres del color de este encuentro juevero. Si no, que lo sigan intentando. Saludos
ResponderEliminarEl disco cromático de Mendel es claro: amarillo +azul= verde.
EliminarBueno, era de Newton, pero eran amigos. O al menos podían haberlo sido.
Abrazooo
Bueno, la verdad es que me has tenido con la cabeza dando vueltas, del papá chino a papa pitufo, y veo que este último se la llevo al huerto ajajja.
ResponderEliminarTu ingenio va en aumento. Un besote grande.
Si llega a ganar el papá chino, no puedo presentar el relato, porque el niño habría salido smarillo.
EliminarPara cuando convoque Trazy, cuyo color favorito es el amsrillo😝, modificaré la trama.
Besazooo, Campi
¿Y donde dice que vivir en setas no es realista?, seguro que Mendel encontraría algo genético. Un abrazo
ResponderEliminarSeguro que los del lóbulo de la oreja pegado a la cara, tienden a vivir el setas más que los de lóbulo pendulante. Y no te digo los de "trago" prominente.
EliminarAbrazooo
Jajajajaja, está muy, muy bueno tu relato, muy ingenioso y divertido, del chino al pitufo que seguramente alguna de las setas que se comió era alucinógena y le dio la fuerza para lograr su cometido, en este caso tener descendencia y ganarse el corazón de la guerrera.
ResponderEliminarUn abrazo.
PATRICIA F.
No te creas que escribí el texto al tum-tum, que investigué ( le pregute a la i.a. ( no sé si en esto de la i.a. se puede hacer propaganda de la marca o hay que dejarlo ssi en genérico ( si alguien sabe, que ilumine))) , y resultó que en Sudamérica también se llamaron pitufos. Si no , el cuento se quedaba como.
EliminarAbrazooo
Jajajaja, muy ingenioso, desbordante de imaginación . Te quedó buenísimo.
ResponderEliminarUn abrazo.
A partir del de arguiñano, en que se me ocurrió el concepto de la deconstruccion en colores, ( no me preguntes porque), ya he hecho dos relatos de descomposición de colores. Las asociaciones de ideas son como los caminos del señor, perdón, del Señor.
EliminarAbrazooo
Ahora las setas casas, no se podrán comprar ni fuera de temporada.
ResponderEliminarMuy divertido.
Un abrazo.
En temporada deben bajar de precio. En nada , hay avalancha de humanos al bosque. Se compra shora uno una parcela en un bosque setofilico, y se hace de oro.
ResponderEliminarAbrazooo. ALFREd
Tu historia mezcla mitología china con humor absurdo y referencias pop, como los Pitufos. El tono irreverente y coloquial, con frases como “la más gorda de las falsedades” o “se ha equivocado de cuento”, crea un contraste divertido con la seriedad de la leyenda original. El verde, presente en los habitantes indígenas y su mundo de setas, es un elemento central que abordas con creatividad, aunque de forma secundaria frente a la trama romántica y cómica. La narrativa es ágil, con giros inesperados como la infertilidad de Lin Chung y el romance con “Papa Pitufo”, El final, con el nacimiento del hijo y la mención de Mendel, es la monda.
ResponderEliminarAbrazos.
Sin Mendel ( incluso obvia do los guisantes), a saber de que color habrí nacido la criatura.
EliminarNo me habría valido el relato para el texto. Imagina que sale naranja. Azul y amarillo= naranja.
Abrazooo
pues, no sé, a mi me ha parecido la mar de realista :)
ResponderEliminarEs tu estas tan en las nubes como yo😜
EliminarABRAZOOO
Sospecho que sí.. y que no me bajen, por favor :)
EliminarAteo de la realidad como eres, Gabiliante, te creo lo que sea me cuentes...
ResponderEliminarME apropió el calificativo, que me ha gustado.
EliminarYo , a ti, jamás te engañaria.
Abrazooo
jajaj qué loco, como siempre! me gusta esto que te dice el amigo Carlos ¨ateo de la realidad¨ te describe perfectamente! Un abrazo y muchas gracias por sumarte a la convocatoria, Gabi.
ResponderEliminarSí. A mi rambiene ha gustado. A ver por donde puedo explotarlo.
EliminarAbrszooo
Olá Gabillante!
ResponderEliminarEstava demorando a aparecer algo em relação aos esverdeados convencionais marcianos.
Uma participação com cultura tipica e bem enredada.
É muito bom ler casa um que muito agrega à interação.
Tenha dias abençoados!
Abraços fraternos de paz e bem
,
JAJA... SE ACAbaba el cuento y no salía nada verde, verdad?
EliminarEra parte del juego.
AbrZooo
¿Es posible que comieran las setas antes de alojarse en su interior? XD
ResponderEliminarSea como fuere, si en la Tierra no encuentras lo que necesitas, en Marte, tampoco.
Saludos!
Existe la teoría, (autoinventada ahora mismo) de que los pitufos adquirían su color, excavando a dentelladas las setas al construir sus casas. Sin duda el pitufo oriental será u a novedad.
EliminarAbrzzooo
Me recordó a los Tufos (Astropitufos): https://pitufos.fandom.com/es/wiki/Tufos/Galer%C3%ADa
ResponderEliminarJajajaja, muy ingenioso, confieso que me hice algún lío, con el pitufo y lo del marciano, jeje, fuera bromas es muy original. Un abrazo
ResponderEliminarHola Gabi!
ResponderEliminarMe ha encantado tu fábula con este final tan sorprendente y refrescantemente ¿azul? Ja, ja! Si es que lo tuyo es llevar la contraria e ir contracorriente. De niña mientras mirabba los dibujos siempre pensé que porqué eran azules y no de otro color más "natural" en el bosque ... como ... ¿el verde? Ja ja! Ahora que sé la explicación, ya me puedo ir a dormir tranquila! Je je! Me ha encantado! Un besote!
P.D.: En otro relato nos explicarás lo de las setas? Ja ja!
Los pitufos eran azules, pero de la cruza de un marciano y un chino podría darse el verde esmeralda.
ResponderEliminarPor fin comprendo aquello de eso es un cuento chino...
ResponderEliminarSaludos.
Si eran pequeños, y tenian diferentes colores, el verde indicaria que podrian ser marcianos, es decir vinieron de lejos, para ser exterminados por los venusinos (que son azules).
ResponderEliminarMenos mal son pequeños, sino tambien nos abrian quitado la piel a nosotros
Ya te lo han dicho, pero es que tu relato es absolutamente ingenioso! Me he reído mucho, y me he sorprendido otro tanto. Buen relato, un abrazo!
ResponderEliminarMe he reído mucho con tu relato y me descubro ante tu ingenio.
ResponderEliminarBesos y buenas noches.
Saludos, Gabiliante:
ResponderEliminar¡Qué relato tan curioso e ingenioso! Me ha hecho sonreír, sobre todo porque también he tenido mis aventuras genéticas con las leyes de Mendel —aunque debo confesar que mis experimentos no fueron precisamente un éxito de laboratorio.
Intenté cruzar amarillos con azules, toda ilusionada yo, esperando un verde apoteósico… y nada. Resultó que el amarillo era dominante (muy mandón, por cierto) y el azul, pobre, se quedó en recesivo y calladito. Total, que acabé con cinco amarillos nuevos revoloteando como si tal cosa, y dos azules con carita de "yo no pedí venir a este cruce".
La ciencia, a veces, también tiene su punto de comedia involuntaria. 😅
Un placer leerte.
¿Así que los indigenas resultaron ser los famosos pitufos? Y a partir de ese encuentro, su jefe fue llamado Papá Pitufo. Interesante descubrimiento.
ResponderEliminarBuen recurso el de construir una casa, comiendo su interior.
Saluds.
Gabiliante. Já. ¿Una historia de origen tenemos acá? Los pitufos igual me despertaban y me despiertan esa extrañeza de verlos azules en un lugar donde predomina el verde. Pero vaya uno a saber cuántos hongos alucinógenos hay que comerse para distorsionar la realidad de la luz. En una de esas todos los pitufos estaban bajo algún efecto psicodélico. Va otro saludo.
ResponderEliminarJjajaja a veces querer sí es poder. Mira que eres ingenioso con tus relatos, siempre me sacas sonrisas.
ResponderEliminarUn besazo.