martes, 23 de septiembre de 2025

ZOOCRACIA

 Este mes Ginebra Blonde nos reta desde su blog SERENDIPIA a hablar, o sea, escribir sobre la FANTASIA, partiendo de alguna de las imágenes que nos propone. Yo quizás me he centrado en exceso en la imagen, de forma que el texto depende de ella y es ininteligible sin tenerla dramáticamente presente.

La imagen que he elegido es esta:

Podéis encontrar el resto de fantasías AQ

 

          El camaleón, igual que el pulpo, es de origen diferente al del resto de animales. Quizás hay alguno más pero de momento el camuflaje funcional le funciona. A este le funciona a medias. Con sus ojos disimétricos y su kilométrica lengua nos ha engañado a todos y nos ha hecho creer que come moscas. ¡Ja! 

          La mujer cebra le ha tomado cariño al conejo y lo aprieta contra su pecho. Los conejos son animales entrañables y esa es una de sus defensas en la selva zoológica. La otra es la reproducción vírica. No importa cuántos mates, una vez alcanzan un número determinado su explosión exponencial es inexorable. Pero eso son grandes números. En un caso particular, indubitádamente, el conejo es la víctima. Y lo sabe. La mirada le delata. Aunque sabe que la comunidad triunfará, también sabe que el individuo perderá la vida, y en una especie sin Dios, eso es duro.

          La mujer cebra, siendo un híbrido de la especie dominante, cree que podrá defender al conejo, aunque contrariamente al roedor, todavía no ha percibido la amenaza; solo la intuye. Pero eso de que la humana es la especie dominante es una ilusión. Una ilusión que los camaleones se encargan de mantener intacta, haciéndonos creer que comen moscas.¡Ja!

          La facultad oculta, ni tan siquiera sospechada, de esta especie es que además de cambiar de color también son capaces de cambiar de forma.

          La primera noticia de la amenaza que percibe la mujer cebra es un movimiento en su cabeza. Con una rapidez cercana a la de su lengua, el camaleón ha bajado por el hombro y ha cambiado, de forma de lazo de color azul, a forma de conejo de color cebra, interponiéndose entre el roedor y el observador. La presa ha desaparecido, ha dejado de existir. La rapidez de la mutación no le ha permitido muchas filigranas, y en la abducción del roedor, el cazador se ha llevado también la mano y medio antebrazo izquierdo de la mujer cebra; también los dedos de la mano derecha.

          El camaleón es un depredador formidable.

          La naturaleza no tiene piedad ni cariño.


 


4 comentarios:

  1. Una imagen muy bonita, aunque la he mirado mil veces y de entrada no soy yo muy observadora , pero es que no veo el camaleón por ningún sitio.
    La mujer cebra lo puedo entender con esas rayas, y ese conejo entre sus manos.
    Aunque la historia es fantástica, aunque por qué no realidad. Un besote grande.

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  2. Jajja. Ha cambiado de forma y parece un lazo azul para el pelo.
    Gracias. Campi.
    Abrazooo

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  3. Nos vamos acostumbrando a los movimientos camaleónicos, estan a la orden del dia. El dia de los inocentes será un lio distinguir entre mentiras e inocentadas. Un abrazo

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  4. Pues no creo que sirva yo para espía, no veo el camaleón por ningún sitio.
    ¡Aiinnsssssss!
    Pero me he entretenido mucho, eso sí
    Un abrazo.

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Aunque lo parezca, no todo es tan negro.

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