Este mes el homenaje del TINTERO DE ORO esta dedicado a LA ISLA DEL TESORO, y uno pensaba que el reto consistiría en escribir un relato de aventuras, pero no; se trata concretamente de uno de piratas. Así que he tenido que hacer una actualización.
Podéis encontrar el resto de Tesoros AQUÍ
Jim circulaba por el carril central de la autopista interestatal. Venía de comprar suministros para la discoteca de su padre. Había oído que estaba prohibido conducir así durante mucho rato, pero todos lo hacían; resultaba cómodo.
Alguien le hizo ráfagas desde atrás. Miró el retrovisor y era un coche de policía que llevaba pegado al culo. Cambió al carril derecho, pensando que le pedía paso, pero en ese momento encendió las luces y su estruendosa sirena. Se puso justo a su lado, bajó la ventanilla derecha y el policía le indicó que bajase la suya:
―¡Atraque a estribor y eche el ancla! ―Jim puso cara de no entender―. ¿Está usted sordo? ―insistió el policía. Ante la inoperancia de Jim el policía se lo indicó por señas, luego, parsimoniosamente, cogió la gorra de plato, se la encajó y empujó con el dedo corazón el puente de las Ray-Ban Mariner para ajustarlas debidamente―: Otro marinero de agua dulce ―comentó a su compañero.
Se detuvieron detrás de Jim y esperaron un par de minutos sin hacer nada. Ostensiblemente, sin hacer nada, para que la víctima los viera cuando mirara por el retrovisor. Jim, visiblemente nervioso, abrió la puerta para bajarse pero:
―¡No desembarque bajo ningún concepto! ―se escuchó por el altavoz del coche patrulla. Un minuto después el agente Blackbeard y el agente Parrot se apearon. El segundo se colocó detrás del coche interceptado y el primero junto a la ventanilla de Jim:
―Ahoy, marinero ―saludó Blackbeard tocándose la visera de la gorra―. Licencia de navegación.
―No tengo navegador ―contestó apresuradamente―. Bueno, sí que tengo pero no lo estaba usando.
―Li-cen-cia de na-ve-ga-ción. ―Jim intuyó que podía referirse al carnet de conducir y se lo entregó. Tras ojearlo preguntó: ¿Sabe por qué le hemos hecho echar el ancla, no?
―Si ―contestó apesadumbrado. ―El agente Blackbeard comenzó a redactar la multa. Era tamaño folio y la remató pegando un post-it al final. La operación llevó casi cinco minutos. Luego se la entregó a Jim:
―Aquí tiene. Al final de este mapa encontrará las dos salidas que tiene este atolladero.
―¡¿Dos mil dólares?! ―explotó Jim―. ¿Pero creen que tienen patente de corso?
―Parrot, ¿estas filmando el amotinamiento? ―preguntó a su compañero echando mano a la pistola que llevaba al cinto. Parrot, efectivamente estaba simulando filmar algo.
―…¿por circular…―continuó, aunque se detuvo bruscamente porque quizás no le estaban multando por lo que él creía, y no quería dar ideas para sancionarle también por lo del carril central. Luego examinó la multa, en la que no reflejaba el motivo de la sanción. ―Pero aquí no pone…
―Marinero, haría bien en controlar sus reacciones, o nos veremos obligados a tomar represalias. En el mapa, obviamente no figura la información no necesaria, pero ahí, junto a la cruz donde debe firmar, tiene las dos, repito dos, soluciones. ―Jim se fijó en el post-it: “o 1000$ E.C.A”.
―¿ECA? ¿Qué es ECA?
―Son las siglas de efectivo, contado, ahora.
―Ah… ya. Comprendo… Es que vengo de comprar y he gastado mucho. Mil dólares no llevo.
―No hay que alarmarse ―intervino esta vez Parrot, que había dejado de fingir que estaba grabando―. Mi compañero ha limitado mucho la traducción. ECA también significa “El datafono, Con tarjeta, Ahora” ―Y seguidamente introdujo por la ventanilla el famoso artilugio de cobro electrónico. Jim sacó la tarjeta y pagó religiosamente. Parrot se retiró al coche patrulla con parte del botín. Blackbeard se disponía a despedirse pero antes echó una ojeada al interior del habitáculo, simulando cumplir con su deber de buen policía. Cuando iba a retirarse quedó petrificado:
―¡Por todas las sirenas del mar de los Sargazos! ―dijo pausadamente, asombrado de lo que acababa de descubrir― ¡Parrot! ―gritó a su compañero en señal de que no corriera tanto. Luego se acercó a la ventanilla, introdujo su cabeza por ella, y olisqueó―: ¡Parrot! ¡El alcoholímetro! ―Y luego cambió de interlocutor, desenfundó lentamente la pistola y se separó apuntando a Jim―: Marinero, desembarque con las manos en la nuca, muuuyyy despacito, y, separando las piernas, apoye las manos en el casco de este… ―examinó el vehículo para apelarlo debidamente― …gánguil.
―Es que al cargar la mercancía se me ha roto…
―¡Silencio! ¡Sople! ―Jim obedeció.
―¿Cero cero? ¿Cómo es posible? Parrot, ¿esto funciona? ―comentó asombrado.
―Antes lo hemos usado. ―Parrot se acercó, olisqueó a Jim y luego el interior del coche―. No es él. Es de dentro.
―Le estaba diciendo que al cargar la mercancía en el maletero, se me rompió una botella de licor.
―¿De licor? ¿De licor? ―insistió Blackbeard indignado― El Ron no es un… licor ―terminó por decir con una mueca despreciativa, como si Jim hubiera insultado a la bebida―. ¡Abra inmediatamente el maletero! ―Examinó con detenimiento el interior y concluyó―: Mucho me temo que el Ron vamos a tener que confiscarlo. Los… “licores” ―dijo son retintín― …haría bien en tirarlos por la borda. El alcohol es malo para la salud.
Toda una locura , si a mí me pasa eso me echo por la borda directamente jajajá. Un besote.
ResponderEliminarUn relato con ingenio y salero.
Ni se te ocurra. No te tires por la borda no por ese ni por ningún otro motivo.
EliminarGracias por estar siempre presente.
Besazoo, Campi
Todo un despliegue de imaginación el que nos has traído :)
ResponderEliminarParecería de lo mas real con otro tipo de lenguaje.
EliminarCircular por el carril central esta realmente prohibido.
Es casi un documental.
Abeazooo
Dominas el léxico marinero y has desplegado cual velas tu imaginación. Asusta pensar que pueda ocurrir algo parecido. Un abrazo
ResponderEliminarY menos mal que Jim no era negro.
EliminarTe pueden multar por cualquier cosa, hasta por cosas que tú no sabes.
Abrazooo
Estás muy puesto con el vocablo marino, jajajaja, que locura. Un relato genial Gabilante, ingenioso, me encantó. Un abrazo
ResponderEliminarHe tenido que documentarme, con lo poco que me gusta. Luego todas las palabras son conocidas (menos gánguil) pero no se te vienen a la mente cuando las necesitas.
EliminarAbrazooo
No sé si sea el único pero al ir leyendo todo esto sentía el clima, muy MUY agradable por cierto, no sé, es mi imaginación poderosa o el ron.
ResponderEliminarPara eso tendras que mirar si por ls slrededores, a ver si ves segunda botella. Si no ves, o esea llena, es por tu imaginaciónacion.
EliminarAbrazooo
Al final han sido unos piratas galácticos! Je je! Todo son facilidades para pagar las multas! Me encantan los nombres de los agentes! Y es que no seria un relato de piratas sin una buena dosis de ron! Je je! Me ha encantado la adaptación! Un besote amigo!
ResponderEliminarJjajjaa. Gracias. Pero aquí la wie se ha lucido con los nombres ha sido otra, jjsj.
EliminarBesazo, siga.
Abrazooo
Buenos piratas actuales. Un beso
ResponderEliminarReinventarse o morir.
EliminarAbrazooo
¡Canastos si habré disfrutado leyéndote!¡ Y por no hablar de las risas sanas gracias a tu muy bien medido texto, debidamente calibrado. Soy forofo del agente "Parrot", me complacería salir de patrulla con él, ya lo creo. Tu aportación es una rvitalización a la norteamericana de la piratería, y por ende, logras el buen humor necesario en los días que corren. Para acabar decir, que estoy de acuerdo: ¡El Ron no era para ellos un licor cualquiera, era la bebida griálica por excelencia, la pócima mágica, el nepente para dejar atrás las penas! De ahí los nervios policiales.
ResponderEliminar¡Saludos!🏴☠️
Muchas gracias Juan. La cultura audiovisual norteamericana, nos ofrece entornos e. Que por lo conocido, no necesitan demasiada explicación ni detalle, y para limitar las palabras va muy bien. Y para poner distancia.
EliminarParrot (loro) es el poli bueno ( más o menos) pero sobre todo es el poli eficiente.
Jajjja, lo dei ron se desarrollo sobre la marcha. La botella rota no, pero sí que detectará poe el olfato que era ron y no otro alcohol.
Abrazooo
,
Ay, menudos piratas y menuda vuelta de tuerca le has dado al tema, Gabiliante. Un relato ingeniosísimo y sorprendente hasta el final. Me ha encantado.
ResponderEliminarHay que reinventarse o morir.Y traer a nuestra actualidad el relato nos ayuda a tener que dar menos explicaciones ambientales si es que quieres detallar la escena. Y las vueltas de tuerca me encantan.
EliminarGracias y abrZoos
Piratas terrestres.... los hay, y muy buenos. Los oficiales de policia hicieron buen trabajo al detener al contrabandista, impecables.
ResponderEliminarEran corsarios en toda regla.
Ya te digo. Corsarios en toda regla que nobes lo mismo que filibusteros ni bucaneros, aunque todos sean piratas. Tener la ley de tu parte nunca viene mal.
EliminarAbrazooo
¡Hola! Muchas gracias por participar en el Concurso de Relatos 45 ed. en El Tintero de Oro. ¡Suerte!
ResponderEliminarGracias a vosotros y en concreto a ti, por esta convocatoria tan variopinta en sus aporssciones
EliminarAbrazooo
Hola Gabiliante, soy Juana, no puedo salir del anonimato impuesto por Google. Creo que soy una espía de tus piratas del asfalto tan bien descriptos. Me encantó y me divertí porque uno se siente desgraciadamente en casa con estas descripciones. Mucha suerte y un abrazo grande.
ResponderEliminarNo estoy muy seguro de que seas Juana. Pone anonimo😜. Pero si estoy seguro de que eres conductora si encuentra la escena tan cercana.
EliminarAbrazooo
Hola "La botella de ron" es una narrativa entretenida en el que utilizas la anacronía y el humor para crear una historia divertida y memorable, me ha gustado mucho ese tono humorístico y sarcástico, especialmente a través del diálogo de los agentes de policía, que hablan como piratas. Abrazos desde Venezuela
ResponderEliminarNo sé yo si anacrónica, porque los comportamientos humanos no han variado mucho en 300 años. Los medios han cambiado. Lo que sí es Ana crónico es rl lenguaje, que hablan así para mantener la esencia de lo que son , su que la ropa lo desmiente.
EliminarAbrazooo
Los piratas se adaptan a los tiempos cambiantes.
ResponderEliminarAhora mismo están reunidos en el Congreso.
Saludos.
Esos que dices no se msncham las manos. Son los que otorgan las patentes de borso, a cambio del correspondiente porcentaje.
EliminarSbrszooo
Hola Gabiliante. Unos piratas modernos y surrealistas los de este cuento. Al final nos quedamos con la duda de si los policías están medio locos, le toman el pelo a Jim o es que el conductor se ha adentrado en una realidad paralela. En todo caso se dan situaciones divertidas mezclando la jerga del mar con la de la carretera y el estupor del conductor. Nos quedamos sin saber el motivo real por el que los policías piratas han multado al chaval, que no parece ser por conducir por el carril de la izquierda. Bien lograda la jerga marinera. Un abrazo.
ResponderEliminarSon corsarios modernos, así que no necesitan motivos para abordar. Sólo necesitan dinero. La patente de corso los blinda. Y la multa no se sabe por qué es porque no es por nada. Es únicamente oficislizar llenarse los bolsillos. La preguntitá de "¿sabe porque le multo, verdad?" estoy seguro de que es una genialidad de Parrot, y no de Blackbeard, que ya se la sabe y la repite de memoria. Seguro que no le multan por ir por el carril central, porque esa multa es de 200, no de 2000.
ResponderEliminarAbrazooo Jorge, y gracias
Hola Gabiliante, bueno, bueno el pobre Jim me parece que se encontró con los peores piratas habido y por haber jejeje. Muy ingenioso hacer que éstos usaran el lenguaje pirata. Un relato agradable y entretenido, tiene su pizca de humor el cual se agradece muchísimo. Saludos y muy buena suerte en El Tintero. Ana Piera
ResponderEliminarEs que no querían perder sus raíces, por eso hablaban así. Si te encuentra con ellos, mejor no confrontar, aunque no tengan la razón sí que tienen las de ganar. Pensaba introducir un episodio con la grúa (laz qye dio origen a la idea) o un cepo (secuestro, hay que pagar rescate) pero no me cabía.
EliminarAbrazoo
Este tipo de piratas no los conocía. Un relato muy entretenido. Mucha suerte Gabi! Un abrazo!
ResponderEliminarEso es porque te dejas llevar por las spariencias. Que lleven uniforme en vez de pata de palo , parche y loro (bueno, Bleckbeard llevaba a parrot), no significa nsda. Por sus obras los conoceréis
ResponderEliminarAbrZooo
Creo que será probada la calidad del ron confiscado, por el elemental método de catarlo.
ResponderEliminarSaludos.
Divertido. Me recuerda los tiempos de fronteras en que te querían requisar lo que pudieran.
ResponderEliminarSi quiere ficciones, todas suyas, estimado, pásese cuando guste.
“Aquí tiene. Al final de este mapa encontrá las dos salidas que tiene este atolladero” Verdaderos piratas terrorificos!!! Lo han dejado más que seco… jajajaja :)
ResponderEliminarTodo un despliegue de velas de lo más flamantes, un relato que va viento en popa todo el tiempo con cada imagen ingeniosísima, con cada paralelismo inventado (“echar el ancla, Amotinamiento, Patente de corso… etc., etc., et.). Divertidísimo, un grandísimo relato para este reto.
Barco a la vistaaaa…¿? Uy… Ondea una risa sobre fondo negro… ¡Por las cien mil sirenas de Poseidon! Si es… Jajaja... :) De 10.
Buenísimo, Gabi. Una visión muy original y divertida, como nos tienes acostumbrados. He soltado una carcajada con lo del ECA. Has deslizado con gran acierto el vocabulario marinero y pirata por todo el texto, sin que parezca forzado en ningún momento. Enhorabuena. Un abrazo y suerte.
ResponderEliminarMenuda manera más original para contarnos que las multas, muchas veces, son un robo a mano armada. La piratería del sistema. Somos unos pobres grumetes.
ResponderEliminarSí señor, el alcohol es malo para la salud. Creo que viví como pirata mucho tiempo antes de darme cuenta. Pirata en tierra. Y sin tesoro. Ni parche. Ni loro.
ResponderEliminarHola, Gabi, jajajajaja, muy bueno, piratas del asfalto se podría llamar. Si me para la policía o guardia civil y me dicen "eche el ancla" me da un ataque de risa y me detienen fijo, o me llevan a galeras...
ResponderEliminarMuy bueno.
Un abrazo. :)
Arrrrrr.... ¡Vaya par de lobos de mar que están hecho estos dos policías! Me ha gustado esa mezcla surrealista de un mundo futuro en el que la forma de hablar de lo más marinera.
ResponderEliminarUn trabajo muy divertido, Gabiliante. Un abrazo.
Fantástico, Gabi, esos policías metidos a piratas lo hacen muy bien.
ResponderEliminarUna situación estresante, uff que locura si me sucede a mi de esa forma les suelto una carcajada que me detienen por hacer burla a al autoridad.
Muy diverdida historia de piratas
Un abrazo
Puri
¡Por las barbas de Neptuno! ¡Que Little Jim ha sido abordado por Blackbeard y su infaltable Parrot!
ResponderEliminarCon lo contento que iba con su gánguil, navegando a barlovento. Y ni se ha enterado que los corsarios venían a por él. Ni siquiera ha caído en la cuenta de que el problema no era su cabotaje, sino el siempre deseado ron. ¡Ahoy!
Es que no se puede ir por la vida tan despistado. Una cosa es que se te rompa una botella del botín y otra muchísimo más grave es que llames "licor" al siempre bienvenido ron. Pero bueno, todo tiene arreglo en esta vida. Eso sí, tendrá que volver a aprovisionarse porque después del combate, se ha quedado sin suministros para su padre.
¡Divertidísimo relato, Gabiliante! Un abrazo
Marlen
Vaya par de piratas, Gabiliante, jajaja, y menudo momento surrealista que se ha llevado el pobre marinero de agua dulce, él y su cuenta bancaria, que se habrá quedado en tendinitis por tamaña multa. La verdad es que es muy divertido, los diálogos van sucediéndose rápidos y la historia avanza aunque se desconozca a dónde.
ResponderEliminarMe encanta tu humor tan surrealista.
Mucha suerte y un abrazo
Hola Gabiliante una historia de piratas a la que no le falta de nada. Un poco subrealista sin duda que a quien lo lee le hace pasar un buen rato. Un abrazo.
ResponderEliminarAdemás de todo lo comentado, este relato es un verdadero ejercicio de estilo. Por más que pueda parecer chocante, incluso distópico, utilizar ese lenguaje en una historia de lo más contemporánea, es que resulta que está bien utilizado. Muy bien utilizado. Porque no basta con usar las palabras para sazonar: hay que conocerlas, comprenderlas y, si me lo permites, amarlas. Si, hay que amarlas, ¡son nuestra única herramienta! El vocabulario naval es tan rico y tan evocador tal vez porque una tradición de siglos lo ha sabido preservar, y a veces rechina cuando se usa una de sus perlas sin mucho sentido. Pero aquí están en su sitio y con su pleno sentido, además de con el secreto de la dosis justa.
ResponderEliminarY con esos ingredientes has construido una historia de piratas fuera de contexto, pero diestramente ambientada y ejecutada, desde la quilla al carajo. Mi enhorabuena, y un gran abrazo.
Menudo despliegue de imaginación y de surrealismo. Muy buen trabajo, Gabiliante.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso.
Un fuerte abrazo.
oyooyoyoy, esos piratas, que encima actúan con uniforme sí que son peligrosos. Mucho más que los tradicionales del mar: esos al menos no escondían que lo eran.
ResponderEliminarMucha suerte y un abrazo.
Desopilante relato, Gabiliante! Excelente trabajo!
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, Juan. Esos policías y sus diálogos parecen sacados de alguna secuencia de los Hermanos Marx. Así que un buen homenaje, para mí, en tu historia de piratas de carretera.
ResponderEliminarSaludos y suerte.