Respondiendo a la convocatoria de Cecy
para los relatos jueveros de esta senmana,
os mando esto que he escrito:
Tenía que volver a casa, y rápido. La niebla era cada vez más espesa. No alcanzaba a verse los pies. Ni siquiera sabía si había salido ya del bosque. No escuchaba el rio, o sea que seguramente, sí. Era un gran rio, cercano a un embalse, cuyas aguas no corrían, pero solían escucharse peces saltando. Braceó para ver si tocaba algún árbol. Fue un movimiento instintivo, ya que en horizontal alcanzaba a ver unos diez metros, pero hacia abajo, nada. De cintura para abajo, no se veía ni a sí mismo. La condensación a nivel del suelo era tremenda. Comenzó a apretar el paso, aunque no sabía si en la dirección correcta. La niebla era tan densa que le frenaba el andar. Sabía que la niebla no era más que vapor de agua condensada. De vez en cuando se paraba para auto serenarse, porque le estaba entrando una congoja, que aderezada con la prisa, parecía más miedo irracional que otra cosa. Poco a poco la niebla empezó a ascender. Pensó que quizás, subiría más y finalmente se esfumaría, pero no sabía si sería antes de hacerse de noche. Cuando todo su cuerpo se sumergió en la niebla, la humedad se hizo más patente. La camisa se le pegaba al cuerpo. Cuando le cubrió hasta el cuello, la angustia empezaba a ser agobiante. Se le aceleró el pulso. Instintivamente comenzó a bracear, como si quisiera nadar, pero el vapor de la niebla no ofrecía la misma resistencia que el agua. No conseguía mantenerse a flote, pero tampoco paraba de bracear. La humedad se convertía en agua al contacto con su cuerpo, y resbalaba por él. Notaba sus pies chapoteando dentro de las botas. Hacia cada vez más frio. Contuvo la respiración por miedo a que le faltara el aire, así, sumergido en la niebla. Ya no veía nada más que gris. Pensó, en un momento de lucidez, que se estaba comportando como un idiota. El vapor es vapor; convive con el oxígeno en la atmosfera y no hay ningún motivo para contener la respiración. Estar braceando no sirve de nada en medio del aire. Su voluntad se impuso a su instinto y dejo de hacer ambas cosas.
Su cuerpo apareció por la mañana, flotando en el agua estancada, sobre la rampa del embarcadero, por donde entran los barcos al rio. Ahora sí que chapoteaban los peces, cada vez más cerca del cadáver.
!Wow! ahora yo necesito respirar, no cerca del cadáver, claro!
ResponderEliminarMira que me mantuviste hasta la estocada final sin respirar.
Ey! sigo viva, tras esa niebla.
Excelente!!!!
Gracias por acompañarme a pesar de la niebla.
Un abrazo :)
Respirar siempre es bueno, siempre que sea aire, y no agua.
EliminarSiempre un placer participar en los jueveros y gracias a ti, y a todos los que convocan, por convocar
Besosss, Cecy
Desde luego el rato de angustia que tuvo que pasar fue tremendo, sin duda alguna una de las cosas que más me imponen de fenómenos meteorológicos es la niebla densa lo cual no se ve absolutamente nada, además de miedo Abrazos Gaby y por dios qué intensidad.
ResponderEliminarMe alegro que hayas disfrutado entre comillas. La Intensidad siempre es interesante, creo yo, aunque no todo el mu do piensa igual
EliminarBesossss, Campiii
Lograste un buen clina de terror, de que el personaje no tiene oportunidad de escapar.
ResponderEliminarBien contado.
Terrores en la niebla, imposible escapar, para este hombre. A veces no es tan terrorífica. En definitiva es terror a, lo desconocifo
EliminarAbraz Demi
Hola Gabiliante, madre mía qué angustia he pasado leyendo el relato, lo has descrito tan, tan bien, que hasta a mí me faltaba el aire. Y al final, el pobre no pudo escapar...
ResponderEliminarComo comenté a Campi, me gusta transmitir la angustia y la intensidad, aunque,,, claro, no siempre se consigue
EliminarLa niebla normalmente trae confusión y a este pobre hombre le supuso un trágico final. Un buen relato, con mucho suspense.
ResponderEliminarUn abrazo.
El suspense casi es tan bueno como la angustia, aunque casi, casi sea lo mismo.
EliminarEncuesta: Antes del último párrafo, ¿creías que se iba a salvar?
Besosss
Había algo que avisaba, dabas algunos detalles que podía haber cogido antes del último parrafo, pero no, se me hizo evidente justo al leer el final.
EliminarEso le pasa por tonteras...
ResponderEliminarSalud
Mira que no distinguir entre humedad y agua... Si hubiera llevado un higrómetro...
Eliminar100% de humedad, ¿es estar dentro del agua?
Abrazo, Erik
Cuando la irracionalidad se apodera de la mente, uno ya no sabe ni el suelo que pisa. En este caso, lo que acogió sus pies no era tierra firme, y su pensamiento era una tremenda y espesa nebulosa como esa niebla que lo rodeaba…
ResponderEliminarMuy bueno, Gabi. Nos arrastras a esa angustia, y, de pronto, un buen jarro de agua fría. Un gran colofón cerrando tu historia.
Un placer tu aportación.
Abrazos, y feliz día.
Arrastro a la angustia, pero con buena intención, eh?
EliminarMe puse el miércoles a escribir el reto del jueves, y ya tenía pensado lo que iba a enviar, abro el blog de Cecy para copiar la dirección y pegar el enlace, y veo sorprendido que el tema no eran las emociones, sino la niebla. Así que me tuve que tragar de momento, mi odio, y pensar algo nebuloso urgentemente.
Besos, Ginebra
La lucha entre el miedo y el impulso racional intentando mantenerlo a flote.. pero no lo logró jeje. Vaya confusión la del protagonista! Un abrazo
ResponderEliminarCuando de cosas vitalmente importantes, creo que es más efectivo el instinto
EliminarGraciasss y besosss, Mónica
Muy bueno.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado.
EliminarSaludosss
Bufff qué final, era un cadáver, qué angustia, qué buen relato, me ha gustado y me ha dado yu yu jajaaj.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Un beso enorme.
Cadáver solo as que l final, eh?
EliminarEl yuyu es primordial, y como es en swahilli
Besosss, Stormy
Iba leyendo y me venía a la mente una película que creo, si no me equivoco, "Bruma". Transcurría en París. Esa sensación de angustia, de no poder luchar contra un elemento que te atrapa, que te anula y te confunde.
ResponderEliminarY la oportunidad que le podemos dar a los miedos, a las inseguridades y a la inconsciencia.
Tus relatos llevan tu firma. Ya empiezo a hacerme a ella.
Siempre me sorprendes por lo que venir siempre es irse con ganas de más.
Un beso, Gabi.
Esa sensación de que te cubra un elemento es angustiosa aunque sea aparentemente inofensiva. No te digo nada si es agua. Me gusta más para escribir, la coña irónica en dialogos. Un día hicimos en el taller de escritura, un ejercicio de escribir un texto, imitando el estilo de una compañera, y es bastante difícil.
EliminarBesosss, Mag
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarNo se si comentar este comentario, pero como el pobrecillo ha existido tan poco rato, voy a hacerlo aunque no tenga demasiado contenido.
EliminarMe impactó tu capacidad para infundir terror en el lector. Tu relato es para mi angustiante y me tuviste en vilo hasta el final.
ResponderEliminarUn abrazo, Gabriel
Gracias Míriam, me alegro de haberte aterrorizado, pero ha sido con buena intención.
EliminarBesossss, Myriam.
Coincido con MAG en que me quedo siempre con ganas de más.
ResponderEliminarNo puede ser más. Este ya tiene poco más de 400. Solo se puede 350😜.
EliminarGracias por tu entusiasmo.
Buen final ;)
ResponderEliminarAbrazos.
Hombreee...
EliminarEl final es fatal. Al final muere.. 😜🌀
Graciasss y saludos, Alfred
Pobrecillo... Tenía que haberse fiado de su instinto...
ResponderEliminarLo he visto, entre el agua y la niebla, asfixiado, llegando a perder la noción de lo que es agua y lo que es niebla. Muy fuerte. Terrorífico, irónico y a la vez extraño. Excelente cómo logras esa sensación de angustia. Me ha encantado.
Un abrazo :)
Lo peor de la niebla es que te nuble la mente. El instinto creo que es lo mejor, para salvar la vida. Muy en el fondo, seguimos siendo reptiles
EliminarBesosss y graciasss, volarela
Has conseguido provocar angustia y desesperación desde el principio con un sorprendente final. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn saludo
Leonor
Provocar cambios metabólicos fugaces, a alguien que esta leyendo, algo que uno ha escrito, me parece genial
EliminarBesosss y graciasss Leonor
que maravilla te admiro la mente y tambien tu imaginación abrazo
ResponderEliminarPues a mi me maravilla tener tan maravillosa y admirada admiradora.
EliminarBesssosssd, Mucha.
Brillante ese final. Boquear en la niebla, como los peces fuera del agua ha de ser aterrador.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
Ese bloquear, lo he dejado a la imaginación del lector, porque era demasiado aterrador
EliminarBesosss, amiga
Muy angustioso.
ResponderEliminarLo explicas tan bien que me parece verlo.
Me ha gustado mucho.
Saludos.
Gracias toro.
EliminarMi angustia se termina en el punto y final, afortunadamente
Abrazosss
La niebla le creó al personaje la misma confusión y desamparo que al lector. Por eso creo que es tan impactante el final, porque en cierta manera estábamos dentro o casi, casi, éramos nosotros.
ResponderEliminarUn abrazo
Eso es un pedazo de elogio... Identificarse con el protagonista cuando lo pasa tan mal.
EliminarGraciasss y abrazosss, Max
Excelente relato y recursos para generar diversas emociones en el que lee, muchas gracias por compartir!!
ResponderEliminarGracias a ti por tus elogios, y me alegra mucho haberte transmitido
EliminarSaludosss
Que angustia!! Me has tenido expectante hasta el final, aún tengo escalofríos. Es buenisimo. Besos.
ResponderEliminarGracias Molí. Estoy encantado de que te haya gustado tanto.
EliminarBesosss
Conforme te iba leyendo iba metieéndome en el pensamiento de la persona que tuvo ese fatal final, ¡Qué mal lo he pasado!, pero eso es señal de lo bien qe lo has descrito.
ResponderEliminarGraciasss, como dije antes aprecio mucho el elogio de que te hayas identificado y metido en su mente.
EliminarBesosss Tracy
Me sentí muy sofocada a mitad de relato, lo que quiere decir que lo lograste: transmitiste muy bien las sensaciones. Guau. Me encantó.
ResponderEliminarLo comentaba antes,... Morir ahogado, rendirse cuando ya no puedes... No quiero ni imaginarlo
ResponderEliminarGracias Ayelen
ResponderEliminarMe encanta haberte transmitido un poco de angustia, que caduca cuando acaba el relato, no como otras...
Besosss