Esta semana nos convoca Mónica (La Retornada) desde su blog NEOGÉMINIS con un reto visual. O sea, un texto inextricablemente enredado con una imagen. Vaya que hay que empaparse de la imagen para entender el texto. Nos da a elegir entre unos cuantos, aunque obviamente el mas seductor es el que he elegido yo, que sin duda será el que elija también ella, o sea este:
Podéis encontrar el esto de asesinatos AQUI
No hace falta investigar nada. Yo soy el asesino; bueno, uno de ellos. El otro está ahí tirado; en este caso además es la víctima. Ni para eso puede pasar desapercibido; aunque aquí su protagonismo es de víctima, también es un asesino. Y tanto que es asesino. Deberíais haberlo visto todos ―incluidos los gatofilos― metiendo sus garras por la portezuela de la jaula, tratando de darme caza y luego devorarme. Por suerte pude encogerme hasta la desesperación e impedir que me desgarrara. Ya lo dice la tradición: todos los gatos son malos. Hasta en los dibujos animados los ratones son los buenos y los gatos los malos. No voy a poner ejemplos: todos los conocéis.
Sshhh… ahí llega el forense. Me voy a esconder
―La muerte sobrevino hace cuatro horas por una única incisión punzante en el cerebelo del occiso, realizada con un arma de hoja curva extremadamente afilada.
―¿Podemos ya retirar… no sé si esto cuenta como cadáver?
―Claro que es un cadáver, ¡especista! Y no, no puede levantarse aún. Todavía tienen que venir los de la científica. No tocar nada, ¿eh? Y cuidado sobre todo con no romper nada. Aquí hay cosas muy delicadas. Irse saliendo al jardín. Cuidado con los jarrones. Y ¡cuidao, cuidao, cuidao…
«Casi me tira el inútil este. Vaya montón de inútiles rondando al forense. Deben ser becarios. Con esta gente estoy a salvo. No valen ni para estar escondidos»
―… cuidao! Coge eso, que casi lo tiras, y sácalo al jardín.
―Pero ¿no ha dicho que no toquemos nada?
―Mejor eso que darle otro disgusto a esta familia.
«¡Mierda! Tendré que seguir quieto y tieso como un palo. Aunque como me coja por debajo de las alas, con lo cosquilloso que yo soy, no voy a poder controlarme»
―Mira de dejarlo en plano. No se vaya a volcar.
―¿Aquí está bien, jefe?
―Sí. Ahí está bien
«Ya te digo si estoy bien aquí afuera. ¡Hala! A volar…»
―Ostras, jefe. La estatua del flamenco ha salido volando.
El gato se ha comido al pájaro, un asesino y una víctima, el flamenco ha envenenado al gato, el flamenco es el otro asesino. Y yo lo dejo porque me estoy liando.
ResponderEliminarQué sorpresa. Un beso
ResponderEliminarJaaaa, pobre pájaro , y no todos los gatos no son malos
ResponderEliminarmalos.
Ha estado genial tienes un punto cómico que es genial Gabi
Un besote.
Si esto no lo ilustra Janosch en un libro para niños, habrá guerra, he dicho.
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