martes, 27 de mayo de 2025

ANTES MUERTA QUE SENCILLA

Esta semana nos reta MARIFELITA cogiendo el testigo de MAG en lo que a retos difíciles se refiere. Nos ofrece una serie de imágenes de mujeres en la guerra participando en ellas de modo distinto a como víctimas.

El tema, como no podía ser de otro modo, es: Mujeres en la guerra. 

La imagen que he escogido es esta:

Podéis encontrar el resto de Guerreras AQUÍ.

 

          Las hormiguitas. Así era como llamaban a esta unidad de las WAAC. Se habían cansado limitar su acción a labores administrativas, logísticas y de telecomunicación.

          Estaban encargadas de recuperar del campo de batalla los cuerpos de soldados caídos.  Se respetaba esta labor incluso en el bando contrario, y nadie les disparaba.

          Como estaba de moda, aunque prohibido, el uso de armas químicas, las féminas estaban obligadas,  por razones de supervivencia, a usar máscaras antigás. Como fuera que la estética de estos artilugios las hacía parecer poco menos que monstruos, decidieron por ellas mismas, sin consultar a nadie, pero sin infringir las normas, conservar una dignidad estética y un cierto grado de belleza interior. Porque, aunque soldados, no iban a renunciar a su feminidad.

          El tema se resumía en que se obligaban a ir maquilladas bajo aquellas horribles máscaras, y a llevar ropa interior de marca, en la medida de las posibilidades de cada una. No es que compitieran pero casi casi. Su grito de guerra era el titulo de la famosa canción: ¡Antes muerta que sencilla!. Y era ese espíritu el que trataban de transmitir. Alguna lo tildó de frívolo, pero con el argumento de que no se hacía mal a nadie, todas acordaron llevar los referidos complementos con el uniforme.

          Cierto día una de ellas resultó gravemente herida a causa de una bala perdida. Eso gritaron los de la trinchera de enfrente, consternados por el suceso.

          En el quirófano nada pudieron hacer por salvarla. Cuando sus compañeras entraron para identificarla, un “Ohh” de todas la que acudieron inundó la sala. Una de ellas le froto la comisura de la boca para no emitir un juicio precipitado:

          ―¡No va maquillada!

          Otra destapó el cuerpo dejando al descubierto una ropa interior que ni cuando se compró por primera vez debía tener marca. Otra exclamación se escuchó, esta vez mas contenida.

          ―¿Quién es? ―preguntó una.

          ―¡Antes muerta que sencilla! ―intervino otra.

          ―No sé ―contestó otra.

          ―Yo no la conozco.

          ―Yo tampoco.

          ―Va, chicas, que tampoco es plan de eso ―intervino verbalmente el cirujano, conocedor del secreto a voces de la indumentaria interior de las chicas.

          ―En serio que no la conocemos. ¿Alguna la conoce?

          Todas negaron.

          ―Que alguien vaya a buscar urgentemente al comandante ―ordenó el médico.

          Quedó claro que el ejército enemigo desconocía las complejidades del uniforme de las hormiguitas.



No he puesto la canción porque recientes investigaciones pusieron de manifiesto que se escuchó también con cierta frecuencia en Sudamérica.

miércoles, 21 de mayo de 2025

NADIE ME QUIERE

 Este jueves nos convoca NEOGEMINIS con el tema del circo, inseparablemente unido a la surrealidad en su versión más romántica. Así que he metido las tres cosas. Incluso aparece referenciada nuestra anfitriona como Maestra de Ceremonias. Y una adivinanza. Y en el penùltimo párrafo, casi hay un plano para descifrarla. 

El relato va inextricablemente unido a la imagen.

Pasen y vean...


 Para resto de surrealidades, AQUÍ las tienen.

 

NADIE ME QUIERE

            Y no solo eso. Nadie me ha querido nunca. Pero eso va a cambiar.

          Esta familia que tengo ahora, me separó de la mía original a muy tierna edad y ni siquiera me acuerdo de mi madre. Mucho menos de mis hermanitos. Me dijeron que todos habían muerto pero no sé si es verdad.

          En mi más tierna adolescencia me enamoré perdidamente de la trapecista, pero ella me rechazó. Me dijo que ya tenía novio. Le pregunté que quién era, ya que siempre la veía sola, pero me dijo que era de fuera del circo. Mentira también. Prefería no tener novio que ser la mía.

          Luego me enamoré de la funambulesca. Ella dijo que yo le gustaba, pero que también me tenía miedo, y por eso se subía a la cuerda cuando pretendía acercarme.

          La niña del globo me rechazó porque dice que está casada en secreto con el payaso pirata. Dicen que los niños no mienten, pero no sé…

          La payasa gorda dice que peso mucho. Pues anda que ella… No la he visto nunca sin ese traje que lleva, pero seguro que lo lleva así de ancho para que no se noten sus michelines.

          Ayer vinieron a la troupe dos NuevasGemelas. Son autómatas. No hablan así que seguro que no me rechazan. He pensado darles vida, pero quizás entonces me rechacen. He preguntado a la maestra de ceremonias, Neogéminis, que por su nombre seguro que sabe mucho de nuevas gemelas, pero me ha dicho que haría falta un mago, y el nuestro, en su último número desapareció, y no sabe si volverá. Como yo no soy tonto, he pensado en volver a meter el conejo en la chistera, aunque sea por la fuerza, y entonces tendrá que regresar por narices, para volverlo a sacar.

          Pero primero me tengo que acercar a ellas y tocarlas, para ver si me gusta su tacto. Parecen de porcelana más que metálicas. Yo creo que sí me gustará. Pero la última vez que intente acercarme a ellas, se puso por medio el malencarado payaso amarillo, y después chistera blanquirroja; ambos con los brazos abiertos para impedir que me acercara. Luego el contorsionista, disfrazado de serpiente; ¿se cree que me dan miedo las serpientes? Me las como si hace falta. Y por último el payaso pirata, así con los brazos en jarra. Otro que se cree que me da miedo… Además a este le tengo ojeriza, por quitarme a la niña del globo.

          Mañana volveré a intentarlo. Yo soy muy amoroso. Tengo amor para las dos. Seguro que quedaran contentas de que alguien las quiera tanto.

          Por cierto, ¿sabéis quién soy?

domingo, 11 de mayo de 2025

MAMÁ, QUE YA ES HORA DE COMER

 Este mes el microrreto de EL TINTERO DE ORO trata sobre la espera. Como sabéis, un micro de 250 palabras o menis sobre el tema propuesto. esto que he escrito no parace una espera, pero lo es.

Podéis encontrar el resto de desesperos AQUÍ

 

“Primero se separan las pencas de las hojas para cocerlas por separado”.

          Espe se arrellanó en el sofá.

          “Seguidamente hacemos el sofrito con un generoso chorro de aceite de oliva virgen extra. Añadimos las cebollitas y el ajito picaditos, y cuando ya han cogido color…”

          Espe se desarrellanó y se sentó en el borde del sofá. Habían captado su atención.

          “… Luego se añaden las patatas cortadas en daditos y se cocinan a fuego medio hasta que se doren…”

          Espe abandonó su cómodo asiento y se sentó en una de las sillas de la mesa del comedor que estaba a un metro escaso de la pantalla.

          “… Y por último… se lo cuento después de la publicidad”.

          Espe se echó hacia atrás disgustada:

          ―Mamá. ¿Tú sabes hacer acelgas a la extremeña?

          ―No, hija. ¿Sabes lo que hay para comer?

          Pero Espe no contestó, porque estaba centrada en el fin de los anuncios, pero vinieron cuatro más. Y cuando por fin reanudó:

          “Camarero, camarero…”

          ―Hostia, ¿Ahora se pone a contar chistes?

          “Una de pacharán. ♫Pacharán más de cien años, muchos más♫. ¡Venga, con alegría! Finalmente añadimos las acelgas… un par de minutos y… Emplatamos…”

          Espe se apoyó de codos sobre la mesa para ver más de cerca el resultado final.

          “… pero aún falta el ingrediente mágico: El pimentón de la Vera.”

          Espolvoreó y finalmente, acercando el plato a cámara, culminó:

          “A disfrutar…”

          Espe estiró la mano hacia la pantalla y entonces sí que se produjo la magia.


lunes, 5 de mayo de 2025

GRANDÍSIMA

Este mes, GINEBRA nos invita a escribir sobre escapadas. En sentido literal o figurado. Para ello nos ofrece unas imágenes de la ilustradora Lisa Lach-Nielsen de lo mas sugestivas. De hecho en cuanto vi la que he elegido, el relato me saltó a la cara y no pude dejar de escribirlo , aunque sea un poco feo. Lo feo tambien tiene derecho a ser protagonista

Podéis encontrar el reto de fugas AQUÍ


          ―¡Pero ¿qué has hecho, grandísima hija de puta?! ―gritó Ramsés con la mirada, aunque en egipcio antiguo. Lisa no entendía el egipcio antiguo pero sí las miradas―. Has matado a mi dueña, la que me daba de comer y… ―pensó un ratito y no encontrando otra salida concluyó― …de beber. ―Con el tema de las miradas, aunque son bastante claras, se pierden matices de la comunicación, de modo que a Lisa le pareció una reacción exagerada, aun habiendo perdido los matices―. ¿Es que porque creas, te crees con poder de vida y muerte sobre los seres vivos? ¿Crees que te codeas con Bastet?

          ―… ―contestó sin tener demasiado claro de qué se la acusaba.

          La reacción de Ramsés, lejos de haber alcanzado su zénit, seguía aumentando, y entonces pasó a la fase en que a uno se le acaban los argumentos, pero no la rabia. Dispuesto a hacer justicia, se lanzó sobre la cara de Lisa que no tuvo tiempo de reaccionar. Aprovechando todos los recursos a su alcance, rodeó con el sobrante de su pellejo la cabeza de la pintora, a fin y efecto de dejar las garras libres para producir el máximo daño posible. Y fue a por los ojos claro, inconsciente de que en una pintora, el daño que iba infligir, quizás excedía el que incluso él mismo pensaba que merecía.

          Una especie de silicona parecida a la del perro andaluz se derramo sobre su regazo mientras ella gritaba e intentaba despojarse del gato cuya piel se ceñía de tal modo a su cara que actuaba como una bolsa de plástico y estaba empezando a asfixiarla. Cuando lo consiguió, lo lanzó de vuelta al interior del cuadro. Ramsés, no contento, aun azuzó a sus compañeros:

           ―Id con la pintora a comer proteínas, que comiendo dulce aún os vais a quedar ciegos ―ordenó en egipcio antiguo.

          El pajarillo y el lagarto, que entendían perfectamente el idioma, obedecieron y fueron a dar buena cuenta de los ojos licuados.

          En aquel momento, la supuesta occisa comenzó a moverse,  a abrir la boca tanto como sus mandíbulas le permitían, y a estirar hacia arriba sus brazos hasta casi dislocarlos.

          ―Ups ―dijo Ramsés antes de saltar de la mesa y desparecer de escena.


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