Este mes el microrreto de EL TINTERO DE ORO trata sobre la espera. Como sabéis, un micro de 250 palabras o menis sobre el tema propuesto. esto que he escrito no parace una espera, pero lo es.
Podéis encontrar el resto de desesperos AQUÍ
“Primero se separan las pencas de las hojas para cocerlas por separado”.
Espe se arrellanó en el sofá.
“Seguidamente hacemos el sofrito con un generoso chorro de aceite de oliva virgen extra. Añadimos las cebollitas y el ajito picaditos, y cuando ya han cogido color…”
Espe se desarrellanó y se sentó en el borde del sofá. Habían captado su atención.
“… Luego se añaden las patatas cortadas en daditos y se cocinan a fuego medio hasta que se doren…”
Espe abandonó su cómodo asiento y se sentó en una de las sillas de la mesa del comedor que estaba a un metro escaso de la pantalla.
“… Y por último… se lo cuento después de la publicidad”.
Espe se echó hacia atrás disgustada:
―Mamá. ¿Tú sabes hacer acelgas a la extremeña?
―No, hija. ¿Sabes lo que hay para comer?
Pero Espe no contestó, porque estaba centrada en el fin de los anuncios, pero vinieron cuatro más. Y cuando por fin reanudó:
“Camarero, camarero…”
―Hostia, ¿Ahora se pone a contar chistes?
“Una de pacharán. ♫Pacharán más de cien años, muchos más♫. ¡Venga, con alegría! Finalmente añadimos las acelgas… un par de minutos y… Emplatamos…”
Espe se apoyó de codos sobre la mesa para ver más de cerca el resultado final.
“… pero aún falta el ingrediente mágico: El pimentón de la Vera.”
Espolvoreó y finalmente, acercando el plato a cámara, culminó:
“A disfrutar…”
Espe estiró la mano hacia la pantalla y entonces sí que se produjo la magia.